Wang Jian, presidente y fundador, murió el martes en la región de Provenza a los 57 años, indicó en un comunicado la empresa, activa en los sectores del turismo, la logística y el transporte aéreo
El presidente del conglomerado chino HNA, en la mira de las autoridades por su frenesí de adquisiciones en el extranjero, murió en Francia tras una caída accidental cuando intentaba tomarse una foto, anunció este miércoles el grupo.
Wang Jian, presidente y fundador, murió el martes en la región de Provenza a los 57 años, indicó en un comunicado la empresa, activa en los sectores del turismo, la logística y el transporte aéreo.
Wang sufrió una caída fatal el martes por la mañana en el pueblo de Bonnieux, situado en el sur de Francia, a los alrededores de la iglesia, que se alza en la cima de un pequeño monte. “Se puso de pie en el borde de una pared con un altura de entre 10 y 15 metros para que su familia le tomara una fotografía y se cayó”, aseguraron fuentes policiales. Si bien los testigos apuntan a que se trató de un accidente, se le practicará igualmente la autopsia para determinar las causas exactas de la muerte.
La empresa, que no dio más detalles sobre el suceso, lamentó la pérdida de “un líder excepcionalmente talentoso y un modelo a seguir, cuya visión y valores continuarán siendo una guía para todos los que tuvieron la buena suerte de conocerlo”. Wang fue uno de los fundadores de este gigante empresarial, con intereses que abarcan desde la aviación al turismo o las finanzas, y era también uno de sus principales dueños, con el 15% de las acciones.
HNA, fundado en el año 2000, ha sido uno de los grupos que ha invertido más dinero en adquirir empresas fuera del territorio chino. Además de sus decenas de filiales en China, fue accionista durante cuatro años del grupo hotelero español NH. Tiene su propia aerolínea (Hainan Airlines) y participa en otras como la portuguesa TAP, la australiana Virgin o la brasileña Azul. Compró también parte de la cadena hotelera Hilton y de la entidad financiera alemana Deutsche Bank. Wang Jian fue uno de los artífices de esta meteórica expansión internacional -con decenas de miles de millones de euros gastados en compras-, sostenida en gran parte gracias a los préstamos contraídos con los bancos estatales chinos, unos créditos que actualmente están pasando factura al grupo.
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