El estreno de Mother! se realizó en el 74 Festival de cine de Venecia compitiendo por el León de oro como mejor película y después fue parte de la selección del Festival Internacional de Cine de Toronto.
¡Madre! (“Mother!”) Con signo de exclamación, como si se tratase de un verbo que describe una situación afectiva y emotiva. En esta película que narra muy metafóricamente el desenvolvimiento emocional de ella, una joven de mediana edad encarnada por Jennifer Lawrence, la cual es retratada desde la intimidad. De hecho, desde dos intimidades distintas.
La primera, la intimidad de su casa, en donde ella puede andar en camisón y sin ropa interior mientras prepara el desayuno o mientras sale al pórtico al preguntarse por la ubicación de su esposo (Javier Bardem), un escritor en medio de una crisis creativa y de pareja.
La segunda intimidad es aquella que late dentro del personaje que Jennifer interpreta, la cual no está de acuerdo con lo que ocurre dentro de su casa y su vida. Pero debido al amor que siente por él piensa que es mejor apoyarlo en su decisión de mantenerse a su lado y permitir que su intimidad sea transgredida al recibir extraños en su casa.
Darren Aronofsky (“El cisne negro”, 2010) inicia seduciendo al espectador al mostrarnos el increíble y escultural cuerpo de una mujer hermosa, que de forma muy natural emana su sensualidad y belleza atribuida -hasta cierto punto- a su juventud. Y por otro lado, nos muestra al escritor, un hombre que no pretende dar muchas explicaciones de por qué hace las cosas, debido a que entiende que el mundo creativo que se cocina en su cabeza es suficiente justificación para mantenerse hermético y decidir pasar por alto la incomodidad de su esposa. Un hombre noble y de carácter firme y que al mismo tiempo es totalmente egocéntrico y sediento de elogios, ya sea por sus buenas acciones o por su calidad de escritor.
Pero en esta jugosa mezcla entre el sexo débil -o mejor dicho- nulificado de ella, junto con la indiferencia enmascarada de él, se agrega un ingrediente interesante a esta historia. Una pareja de extraños disfuncionales que simplemente sirven para enfatizar que efectivamente la labor de la “musa” o esposa del escritor se reduce a ser quien pone en orden la casa, en el trabajo de remodelación y restauración o para hacer la comida, mantener todo limpio y atender a los invitados.
El primer extraño que llega a la casa es un doctor desahuciado (Ed Harris) que pretende cumplir su capricho de conocer a su escritor favorito antes de morir. El doctor es secundado por su esposa alcohólica y egoísta (Michelle Pfeiffer), la cual sin mayor complicación hace e indaga en la vida de sus anfitriones. De ahí se derivan otra serie de acontecimientos desafortunados que simplemente son un pretexto para ejemplificar la apatía del escritor hacia su musa, quien al final rebela su más íntima molestia.
¿Pero qué pasa cuando el escritor sale del bloqueo creativo? Pues sin importar el desagrado de su musa, sigue permitiendo que el tiempo y la gente lo consuman por completo, al grado de relegar a la musa a una completa forastera en su propia tierra. Sólo que en esta ocasión las cosas cambian, debido a que ella está a punto de dar a luz. Los acontecimientos se irán desbordando e incluso se vuelven hasta surrealistas, algo que ella no logra entender y pone al espectador en su misma posición. Aronofsky en este sentido, no sólo juega con el personaje de Jennifer, sino con el público, al mezclar elementos, escenas y movimientos de cámara que nos hacen dudar si es real o un sueño en el que está sumergida la protagonista o nosotros mismos como espectadores.
Al tratarse de una metáfora, la historia puede seguir hasta secar el corazón de la musa y mostrarnos al fin que el escritor es así. Es él quien decide iniciar y terminar una y otra vez esa dinámica de adoración personal y colectiva sin importar consecuencias. Es él quien crea y mantiene su ego a flote por medio de su musa y sus fans.
El estreno de la cinta se realizó en el 74 Festival de cine de Venecia compitiendo por el León de oro como mejor película y después fue parte de la selección del Festival Internacional de Cine de Toronto.
Es importante recalcar que es un drama psicológico de misterio, sin embargo, fue promocionada como de misterio, terror y/o miedo. Es primordial hacer énfasis en que el objetivo del director no es espantar a su público y por ello no hay espantos constantes y gritos de terror, sino de desesperación. Esta es una historia que pretende mostrar de forma seductora y metafórica el sentir de una mujer enamorada y dispuesta a darlo todo por el hombre que ama. Al estilo de películas como “Amor mío” (2015) de Maïwenn, en donde el objetivo de ella siempre fue mantener el amor y el apoyo promulgado hacia su amado muy a pesar de su pena y molestias. Inclusive soportando su dolor interno y físico. Algo muy parecido a la maternidad que implica la renuncia del tiempo y poner en riesgo el cuerpo o la salud. El sentimiento que encarna el desapego de lo individual para alimentar lo colectivo y la familia.
“Mother!” es seguramente una película que puede ser mal entendida debido a su promoción subjetiva además de que es una cinta que se presta a múltiples interpretaciones.
Una obra sumamente provocativa que mantiene una tensión constate entre todos los personajes de la historia, además de estar dotada de una tremenda significancia surrealista que enmarca la postura de una mujer enamorada y un hombre en búsqueda de su éxito y fama.
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Por Nayeli Lima
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