La mayoría del oficialismo de derecha Chile quiere que siga la actual Carta Magna, mientras la oposición se inclina por una nueva
La jornada, a la que fueron convocados 15 millones de ciudadanos, tiene lugar a un año del violento estallido social y las gigantescas protestas subsiguientes contra las profundas desigualdades sociales en Chile que empujaron a un acuerdo de todas las fuerzas políticas para la realización del referéndum.
Ella sufragó rápido a diferencia de otra gente que debió hacer largas filas y esperar bastante tiempo para emitir su voto en una jornada que transcurría tranquila. Cerca del mediodía funcionaba el 99 % de las 44 mil 600 mesas receptoras de sufragios, según las autoridades.
El presidente centroderechista Sebastián Piñera, que antes de la convocatoria al plebiscito se oponía a cambiar la Ley Fundamental, declaró más temprano tras emitir su voto que “creo que la inmensa mayoría de los chilenos queremos cambiar, modificar nuestra Constitución”.
La mayoría del oficialismo de derecha quiere que siga la actual Carta Magna, mientras la oposición de centroizquierda se inclina por una nueva ley fundamental.
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Lo que se juega el domingo “es la posibilidad de que Chile construya un camino institucional para resolver aquellos problemas y deudas pendientes de la democracia chilena, que en su mayoría corresponden a problemas de exclusión política, económica y social”, planteó Marcelo Mella, politólogo y doctor en Estudios Americanos.
Heraldo Muñoz, presidente del opositor Partido Por la Democracia, dijo que “no solo se juega una Constitución, sino un país más justo, más digno, con reformas estructurales”.
Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la conservadora Unión Demócrata Independiente, que rechaza cambiar la Ley Fundamental, señaló que “sea cual sea el resultado, espero que sea pacífico y poder generar los cambios necesarios para el país, y que no pasan por cambios constitucionales”.
Sondeos previos coincidían en proyectar un posible triunfo del voto aprobatorio para una nueva Constitución.
El plebiscito se desarrollaba en medio de la pandemia del coronavirus que tiene al país sudamericano con casi 500 mil contagiados y 13 mil 800 fallecidos, y con un promedio diario de entre mil 500 y 2 mil nuevos casos. Las personas positivas tenían prohibido salir a votar y la policía realizaba al azar tests a los votantes en fila para evitar la propagación.
Temprano un vocal en una mesa en el sur chileno fue notificado de que estaba contagiado tras someterse a una prueba el jueves. Algunos electores se enojaron y abandonaron la sala.
Los chilenos debían escoger entre la opción “Apruebo” cambiar la Constitución —favorecido por la oposición de centroizquierda— o “Rechazo”, impulsado por el oficialismo de derecha.
Además, sin conocer los resultados, en el mismo acto escogerán quiénes redactarían la nueva Carta Magna: 155 ciudadanos electos o por 86 elegidos e igual número de parlamentarios en ejercicio.
Si triunfa el “Apruebo” se iniciará un proceso constituyente que culminará con un nuevo plebiscito a mediados de 2022 en que los chilenos votarán si aceptan el texto propuesto.
Si el mecanismo para redactarla fuera una Convención Constitucional, con 155 miembros electos, deberá ser paritaria, es decir, con igual número de mujeres y hombres, algo inédito en Chile.
IPR
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