Los albergues en Tijuana han declarado que se encuentran saturados de migrantes y no tienen capacidad de recibir a más
Luego de que el gobierno de Estados Unidos informara que debido a su nueva política migratoria, las personas que busquen asilo en territorio norteamericano tendrán que esperar en territorio mexicano mientras se resuelven sus peticiones, los migrantes señalan temer esperar en la frontera de México.
La medida, que empezaría a aplicarse en el cruce de San Ysidro, en Tijuana, podría suponer el mayor cambio en el sistema migratorio de Estados Unidos en años.
La mayoría de los centroamericanos señalan que los índices de violencia y delincuencia en Tijuana son similares a aquellos de los que huyen en sus países de origen.
Por lo que esperar mínimo 20 días en suelo fronterizo los tiene muy intranquilos.
“No lo veo bien, acá no se siente seguro”, afirmó el venezolano Juan Portillo, que llegó a Tijuana hace dos meses con su esposa y una hija de 7 años, huyendo de la represión sufrida tras participar en una protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, la política “reducirá la cantidad de extranjeros que se aprovechan de las leyes de Estados Unidos y desalentará las solicitudes falsas de asilo”, a la vez que ya no permitirá que los que piden asilo “desaparezcan en el interior de Estados Unidos antes de que un tribunal emita una orden final”.
Por otra parte, los albergues en Tijuana han declarado que se encuentran saturados de migrantes y no tienen capacidad de recibir la afluencia de más centroamericanos.
La política de Donald Trump plantea devolver a los migrantes no mexicanos que crucen la frontera sur de Estados Unidos para que esperen en México mientras se procesan sus solicitudes de asilo en los tribunales de inmigración de ese país.
El portavoz de la cancillería mexicana, Roberto Velasco, dijo que Estados Unidos enviaría de manera unilateral un primer grupo de centroamericanos a territorio mexicano a través de Tijuana.
Defensores de derechos humanos en Tijuana aseguran que los albergues no estarían preparados para recibir a grandes grupos y los migrantes que viven en ellos desde hace meses están preocupados sobre lo que sucederá ahora con sus propios casos, mientras más personas siguen llegando.
“Esta decisión pone en una encrucijada al Gobierno mexicano y a nosotros, ya que en los últimos meses ha sido un caos para las casas de migrantes con la llegada de toda de esta gente en las caravanas”, dijo José Moreno Mena, representante de organizaciones de migrantes en Tijuana y Mexicali.
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