La instalación donde ocurrieron los hechos tiene una larga historia de obligar a los detenidos a permanecer en aislamiento sin razones explícitas
El suicidio de un migrante mexicano que pasó 21 días encerrado en una celda de confinamiento solitario, pese a contar con un diagnóstico de esquizofrenia y trastorno bipolar, ha causado controversia entre las autoridades estadounidenses.
De acuerdo con una investigación publicada este viernes por el portal de noticias The Intercept, el mexicano originario de Puebla, Efraín Romero, se encontraba en un proceso de deportación detenido en el Centro Stewart, Georgia, cuando cometió suicidio.
Con su muerte, al menos ocho casos similares se han presentado en la nación norteamericana en lo que va del año, las cuales han perecido mientras se encontraban bajo custodia de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
El abogado que representa a los padres de Romero resaltó que el caso es similar al de Jean Jimenez-Joseph, un detenido que se suicidó en 2017 en la misma instalación, que es un centro privado de la empresa Core Civic.
Según una investigación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), la instalación donde Romero estaba detenido tiene una larga historia de obligar a los detenidos a permanecer solos “por violaciones de reglas menores” o son puestos en aislamiento sin razones explícitas.
Las ONU ha expresado que tales confinamientos podrían constituir tortura y el propio ICE ha emitido directivas estrictas sobre el aislamiento de los detenidos, incluida el confinamiento de personas con problemas de salud mental por períodos prolongados.
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