Hace 15 años, sorprendió a muchos que Michael Jackson fuera enterrado 70 días después de su fallecimiento, ocurrido el 25 de junio de 2009.
El 3 de septiembre de 2009, el mundo se despidió finalmente del Rey del Pop, Michael Jackson, cuando su cuerpo fue enterrado en el célebre cementerio Forest Lawn de Los Ángeles, California. Lo que sorprendió a muchos fue que Jackson fue sepultado 70 días después de su muerte, ocurrida el 25 de junio de ese mismo año. Esta larga espera generó diversas especulaciones y preguntas sobre las razones del retraso en su entierro. A continuación, te ofrecemos los detalles detrás de esta inusual demora.
Después de la muerte de Michael Jackson, la causa exacta de su fallecimiento se convirtió en un asunto de gran interés tanto público como legal. Las autoridades debían llevar a cabo una investigación minuciosa para determinar si hubo negligencia médica, dado que el cantante falleció a causa de una sobredosis de propofol, un potente anestésico. Las circunstancias en torno a su muerte fueron tan complejas que se requirieron múltiples autopsias y análisis toxicológicos, lo que retrasó la liberación de su cuerpo para el entierro.
La familia Jackson también enfrentó disputas internas y problemas legales que retrasaron el entierro. Hubo desacuerdos sobre el lugar de sepultura de Michael y la logística para organizar un funeral acorde a la magnitud de su figura tomó más tiempo del previsto. Además, las discusiones sobre la administración del patrimonio de Jackson añadieron complejidad a las decisiones relacionadas con el entierro.
Te podría interesar: Yandel podría presentarse gratis en CDMX durante el Grito de Independencia
Otro factor importante en la demora fue la organización de un funeral que reflejara el legado de Michael Jackson. El servicio conmemorativo público, realizado el 7 de julio de 2009 en el Staples Center de Los Ángeles, fue un evento de alcance global, que atrajo a miles de fanáticos, amigos y celebridades. La planificación meticulosa necesaria para un evento de tal magnitud también contribuyó al retraso del entierro.
Finalmente, la selección del cementerio Forest Lawn en Glendale, California, no fue una decisión inmediata. Este cementerio es conocido por ser el reposo final de muchas celebridades, y la familia Jackson deseaba asegurarse de que Michael tuviera un lugar apropiado para ser recordado por sus fanáticos y seres queridos. Elegir este lugar y coordinar todos los aspectos relacionados con la seguridad y el acceso también requirió tiempo.
El 3 de septiembre de 2009, Michael Jackson fue enterrado en una ceremonia privada, en la que estuvieron presentes únicamente sus familiares y amigos más cercanos. A pesar de la prolongada espera, el mundo pudo finalmente rendir homenaje a una de las figuras más influyentes en la historia de la música. Aunque su fallecimiento dejó un vacío imposible de llenar, su legado perdura, recordándonos el profundo impacto que tuvo en la cultura popular y en la vida de millones de personas.