“Mi salud es pésima, mi familia está haciendo un hoyo para yo ser enterrado en un árbol”, expresó Félix Gallardo
Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara, reapareció en una entrevista televisiva, en donde dijo estar “sin pronóstico de vida” ante los diversos problemas de salud que afronta.
“Mi salud es pésima, mi familia está haciendo un hoyo para yo ser enterrado en un árbol”, aseguró Miguel Ángel Félix Gallardo, de 75 años de edad, a Noticias Telemundo en una entrevista realizada en la zona de máxima seguridad del penal estatal de Puente Grande, ubicado en el estado de Jalisco.
“No tengo pronóstico de vida, usted ya lo está viendo. Fui cercenado del estómago, me quitaron ocho hernias. Me privaron de la vista, me privaron de los oídos, y como ve, no puedo caminar”, recalcó quien también fuera llamado en los años ochenta el ‘Jefe de Jefes’, quien rompió el silencio tras más de tres décadas.
“Me quitaron ocho hernias, me privaron de la vista, me privaron de los oídos y como ve, no puedo caminar”, confiesa, apenas audible, el anciano a la reportera en la primera parte de la entrevista que apenas duró 5 minutos.
El narcotraficante mexicano aseguró estar ciego de un ojo, sordo, con neumonía y aseguró que solamente puede ser trasladado por medio de una silla de ruedas, en la que también tiene que trasladar un tanque de oxígeno.
Félix Gallardo, cuya carrera delictiva comenzó en los años setenta, creó una de las organizaciones de narcotráfico más grandes México, a la que denominó ‘Cártel de Guadalajara’, uno de los más importantes en su tiempo al controlar en el país el trasiego de drogas a Estados Unidos.
Se le relaciona con los asesinatos de Enrique Camarena, agente de la agencia estadounidense antidrogas (DEA), y del piloto mexicano Alfredo Zavala, ambos ocurridos en el año de 1985, por quienes fue sentenciado a 37 años de cárcel.
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El Jefe de Jefes fue detenido en una residencia de lujo de Guadalajara, en abril de 1989. Tras su captura, se desintegró el Cártel de Guadalajara para dar cabida a distintos grupo del crimen organizado, los cuales incluso siguen operando.
Nacido en 1946 en Culiacán, Sinaloa, el también apodado como “El Padrino” estuvo en la extinta Policía Judicial Federal cuando era joven, y después se desempeñó como escolta de los hijos del ex gobernador de Sinaloa, Rodolfo Sánchez Celis, quien gobernó la entidad de 1963 a 1968.
Fue heredero del imperio que a sangre y fuego construyera el temido narcotraficante Pedro Avilés. En la década de los 70 y 80 alcanzó la cima como el capo más poderoso de México, cambiando la operación del narcotráfico, ya que antes de que irrumpiera en la escena criminal sólo se transportaba marihuana y amapola al vecino país del norte.
Logró tejer alianzas con el violento líder del cártel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria y con el rico y afamado criminal hondureño, Ramón Matta Ballesteros.
Es tío de Sandra Ávila Beltrán, conocida como la “Reina del Pacífico”, además se le vincula familiarmente con los hermanos Arellano Félix, fundadores del cártel de Tijuana, pero hasta el momento no reconoce parentesco con ellos.
Mientras la marihuana la controlaba Rafael Caro Quintero en una de las puntas del Triángulo Dorado (Chihuahua), el otro vértice le correspondía a los herederos de Jaime Herrera Nevares; es decir, a sus siete hermanos y cuatro hermanas; así como a todos sus nietos, hoy encargados de la goma de opio y heroína, en Durango.
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CAB