Dependiendo del lugar donde adquirieron los juguetes, los Reyes Magos desembolsaron en promedio cuatro mil pesos por familia para consentir a los pequeñines.
La economía mexicana recibió duros golpes los primeros días de iniciado el 2018, pese a ello Melchor, Gaspar y Baltazar hicieron lo imposible para que los más pequeños del hogar griten de emoción al descubrir sus presentes bajo el arbolito, y esto es lo que en promedio gastaron para hacer felices a los reyes del hogar.
De acuerdo con un sondeo realizado por la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo, los Reyes Magos se preparan desde “El Buen Fin” y utilizan diversos créditos, como con el aguinaldo, préstamos bancarios y empeño para solventar los gastos de los juguetes.
El gasto promedio para comprar un solo juguete va de los 480 a los 900 pesos, pudiendo llegar a costar hasta tres mil pesos, esto de acuerdo a las peticiones del pequeñín y las posibilidades económicas de los Reyes a lo largo de un año.
Siempre se recomienda a los emisarios del oriente prever este gasto con un año de antelación y ahorro, y aunque muchos inician las compras desde finales de septiembre, otros más se esperan hasta que el niño ha plasmado todos sus deseos en sus cartas para salir en búsqueda del anhelado regalo.
De esta manera, el precio de los obsequios se puede incrementar de un 30 hasta un 60 por ciento más, dependiendo de la demanda del mismo, lo que lleva a los Reyes desembolsar hasta mil 500 pesos por el mismo juguete que meses atrás no era tan cotizado.
Si sumamos los montos de los juguetes individuales (480 pesos) por su cantidad, digamos que cada niño recibe 4 regalos en promedio (480 x 4), multiplicado por la cantidad de hijos que cada familia mexicana tiene, la cual asciende a 2.2 según el último censo de población del INEGI, el gasto fue de 3, 840 pesos.
Esto por supuesto es un estimado, ya que no todos los juguetes son del mismo precio ni todos los niños reciben esa cantidad de obsequio, sin embargo, dadas las últimas tendencias de consumo, los principales regalos solicitados por los niños son las de perfil tecnológico, como las consolas de videojuegos, celulares, drones, tabletas, los cuales tienen un costo que ronda los dos mil pesos.
En segundo término, los niños mexicanos solicitaron bicicletas, patinetas y juguetes con personajes de moda o de películas como Unicornios, Princesas, Superhéroes, o Coco; mientras en tercer nivel de solicitudes, están los juguetes para armar o construir como Lego y PlayMovil, juegos de mesa, balones y ropa deportiva, quedando por detrás los juguetes tradicionales.
Los principales puntos de venta a los que acudieron los reyes Magos fueron las romerías y tianguis de juguetes auspiciadas y toleradas por las delegaciones, le siguen los autoservicios con su avasallante oferta y esquemas de pagos a crédito, quedando como tercera opción las jugueterías y negocios especializados no sólo en juguetes, sino también en electrónica, telefonía celular, bicicletas, librerías y venta de ropa deportiva e infantil.
Otra opción es el comercio informal establecido en calles, avenidas, plazas, romerías y tianguis de juguetes, afuera de mercados, estaciones del metro, centros o plazas comerciales; quienes aprovecharon la desesperación de los Reyes Magos por conseguir los juguetes, incrementando sus precios y abriéndose al regateo conforme la mañana apremiaba su llegada.
Aliados de los Reyes Magos y con el fin de que pudieran elegir el mejor juguete para los pequeños, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) puso disposición el programa Quién es Quién en los Precios (QQP) que les permitió consultar los precios recopilados en dos mil establecimientos comerciales y 49 ciudades del país; como supermercados, mercados públicos, tiendas departamentales y especializadas en electrodomésticos y jugueterías, entre otros.
Además de instalar continuos operativos para evitar el abuso e incremento de los precios juguetes, roscas de reyes y demás elementos de temporada.
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