
De acuerdo con el último informe global sobre felicidad, México se ha posicionado entre los 10 países más felices del mundo para el año 2025, destacándose por su cultura, calor humano y la percepción positiva de sus ciudadanos sobre su bienestar general.
El Informe Global de Felicidad 2025, publicado por las Naciones Unidas, ha revelado que México ha logrado ascender al noveno lugar en el ranking mundial de países más felices, superando a varias naciones europeas. El estudio evalúa diversos factores como el ingreso per cápita, la esperanza de vida, el apoyo social, la libertad para tomar decisiones, la generosidad y la corrupción, entre otros.
México ha sido reconocido principalmente por la fortaleza de sus lazos sociales y la calidez de su gente. A pesar de enfrentar desafíos económicos y sociales, los ciudadanos mexicanos valoran profundamente la cercanía con sus seres queridos y su capacidad para disfrutar de la vida, lo que les otorga una percepción positiva del bienestar personal y colectivo.
El informe también resalta el papel de las tradiciones y festividades mexicanas, que fomentan el sentido de comunidad y unidad en momentos de adversidad. Las celebraciones, como el Día de los Muertos y las festividades navideñas, son ejemplos claros de cómo la cultura mexicana promueve la alegría y la convivencia familiar, aspectos que influyen directamente en el bienestar general.
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Aunque México ha avanzado en su clasificación, los expertos sugieren que aún existen áreas de mejora, especialmente en términos de justicia social y combate a la pobreza. En este sentido, las autoridades y organizaciones civiles trabajan para reducir las desigualdades y promover un desarrollo económico y social más inclusivo que beneficie a toda la población.
El ranking de los países más felices también destaca a Finlandia, Dinamarca y Suiza en los primeros lugares, pero la inclusión de México entre los 10 más felices es un logro importante que refleja los esfuerzos de la sociedad mexicana para encontrar la felicidad y el sentido de comunidad en medio de retos globales. Este reconocimiento pone de manifiesto que, más allá de los indicadores económicos, el bienestar social y emocional es clave para medir la calidad de vida en cualquier nación.