La OMS dijo que los estudios de Science sobre que el COVID-19 se originó en mercados de Wuhan no son suficientes
Los nuevos estudios publicados en la revista Science vuelven a apuntar al mercado de Wuhan, en China, como epicentro de la aparición del SARS-CoV-2, a partir de actividades asociadas al comercio de animales salvajes.
Los dos estudios publicados por la revista Science sobre el origen del COVID-19, que apuntan a un mercado de Wuhan (China) como epicentro de la aparición del coronavirus, arrojan luz pero no son suficientes para entender el inicio de la pandemia, alertó la jefa del equipo técnico anticovid en la OMS, María Van Kerkhove.
“Desafortunadamente, necesitamos que se hagan más estudios en China y otros lugares para entender realmente las primeras fases” de la crisis sanitaria, indicó en rueda de prensa la experta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La epidemióloga estadounidense aseguró que lo verdaderamente crítico es estudiar “de dónde provenían los animales vendidos en los mercados de Wuhan” para rastrear esas granjas y a sus trabajadores.
“Sigue habiendo muchas preguntas sin respuesta y damos la bienvenida a que haya más estudios científicos para acercarnos a un entendimiento de cómo comenzó la pandemia”, insistió Van Kerkhove, quien indicó que esto es especialmente importante de cara a brotes futuros de otras enfermedades.
“Seguirá habiendo casos de ‘desbordamiento’ (paso de un virus zoonótico a los seres humanos), como estamos viendo ahora con la viruela del mono o la enfermedad de Marburgo”, afirmó la directora técnica.
Los estudios publicados en Science restan fuerza a las teorías de que el coronavirus escapara de forma accidental de algún laboratorio de bioseguridad chino, una teoría que el mismo Gobierno de Estados Unidos pidió que fuera prioritariamente investigada y tenida en cuenta, para indignación del régimen comunista chino.
Las investigaciones, lideradas por Michael Worobey y Jonathan Pekar, utilizan enfoques complementarios que implican análisis espaciales y ambientales, así como estudios moleculares para proporcionar pruebas de que el mercado de Huanan, en Wuhan, fue el epicentro temprano de la pandemia de la Covid-19.
Concluyen que es muy probable que el SARS-CoV-2 estuviera presente en los mamíferos vivos que se vendían en este mercado a finales de 2019 y plantean, además, que la diversidad genómica del SARS-CoV-2 antes de febrero de 2020 probablemente comprendía solo dos linajes virales distintos, denominados A y B.
Estos linajes fueron el resultado de al menos dos eventos separados de transmisión entre especies hacia los humanos.
Para probar la hipótesis de que el mercado fuera el epicentro de la pandemia, Worobey y su equipo de la Universidad de Arizona obtuvieron datos de diversas fuentes.
En primer lugar, utilizaron herramientas cartográficas para estimar la localización en longitud y latitud de más de 150 de los primeros casos del virus notificados a partir de diciembre de 2019, incluidos los que no habían sido comunicados como vinculados directamente al mercado.
La mayor densidad de estos casos se centró alrededor del mercado de Huanan, dicen.
Al mapear los casos de enero y febrero de 2020 utilizando datos de Weibo, una aplicación de medios sociales que creó un canal para que las personas con la Covid-19 busquen ayuda médica, los investigadores identificaron casos en otras partes del centro de Wuhan que se irradian desde el mercado a medida que avanza la pandemia.
En análisis posteriores, los científicos informan de que en el mercado de Huanan se vendieron múltiples posibles hospedadores del virus intermedios de fauna silvestre hasta al menos noviembre de 2019.
Utilizando y ampliando un conjunto de datos sobre muestras de superficies del citado mercado, identificaron cinco puestos que probablemente vendían mamíferos vivos o recién descuartizados; según los análisis, la proximidad a los vendedores de estos mamíferos vivos fue predictiva de los casos de virus en humanos.
Por su parte, para comprender mejor las circunstancias que condujeron al origen de la pandemia, Pekar y su grupo de la Universidad de California San Diego analizaron la diversidad genómica del SARS-CoV-2 al principio de la pandemia.
Aunque la diversidad del coronavirus aumentó a medida que la pandemia se extendía desde China a otros países, dos linajes del SARS-CoV-2, denominados A y B, marcaron el inicio de la pandemia en Wuhan.
También podría interesarte: OMS pide a China mayor colaboración para determinar origen del COVID-19
Se ha planteado la hipótesis de que los dos linajes surgieron por separado. Para probarla, el equipo analizó los datos genómicos y epidemiológicos de los primeros momentos de la pandemia con modelos y simulaciones.
Su conclusión es que la primera transmisión zoonótica probablemente involucró a los virus del linaje B alrededor del 18 de noviembre de 2019 (nunca antes de finales de octubre), mientras que la introducción separada del linaje A probablemente ocurrió días o semanas después de este evento.
Al igual que con otros coronavirus, la aparición del SARS-CoV-2 probablemente fue el resultado de múltiples eventos zoonóticos.
Los resultados del estudio de Worobey también son consistentes con esta idea de un origen separado y la aparición posterior del linaje A en el mercado de Huanan a finales de noviembre de 2019.
Estos hallazgos indican que es poco probable que el SARS-CoV-2 circulara ampliamente en humanos antes de noviembre de 2019 y definen la estrecha ventana entre el momento en que el SARS-CoV-2 saltó por primera vez a los humanos y cuando se notificaron los primeros casos de la Covid.
Contenido relacionado:
OMS alerta que aún se necesita más investigación para resolver origen de COVID-19
CAB