Esta mamá nunca pensó que el darle el celular a su hija para entretenerla en lo que ella se arreglaba podría ponerla en aprietos.
Todos los que somos padres de familia sabemos que nunca debemos dejar a nuestros hijos sin supervisión mientras utilizan nuestros teléfonos celulares, ya sea por el riesgo de encontrar algo inapropiado en internet, por las compras e instalación de juegos no autorizados, o bien porque logran bloquear o activar opciones que ni nosotros conocíamos.
Pues algo más bochornoso vivió una madre de familia en Estados Unidos, cuando descubrió que su pequeña hija de dos años había enviado una foto de su cuerpo desnudo a 15 diferentes contactos de su agenda, incluyendo compañeros de trabajo y excompañeros de la universidad.
La experiencia que vivió la mujer Emily Schmitt fue compartida por ella misma para advertir -chuscamente- sobre el riesgo de darle a los menores un teléfono celular para mantenerlos “tranquilos”.
Todo el embrollo ocurrió cuando la apurada madre de cuatro pequeños le dejó su móvil a su hija menor en lo que ella se alistaba para iniciar el día.
Así mientras ella andaba corriendo de un lado a otro, nunca se fijó que su niña activó la cámara del teléfono y tomó fotografías que luego enviío.
Schmitt se dio cuenta de lo sucedido luego de que al pasar a secarse el cabello y arreglarlo, empezó a ver la cantidad de mensajes que le habían llegado a causa de la imagen enviada inocentemente.
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“Gracias por el desnudo”, decía el primer mensaje que leyó de un compañero de trabajo.
Fue ahí cuando Emily se dio cuenta de que su hija había estado enviando fotos de ella desnuda a varios amigos en Snapchat.
“Estaba mortificada”, dijo Emily, “creo que morí por un minuto y luego volví a la vida para poder contarle a la gente lo que sucedió”.
La pequeña Carsyn había enviado fotos vergonzosas a 15 personas, incluidos antiguos amigos de la universidad, un conocido del trabajo, antiguos clientes y compañeros de trabajo.
Y aunque Emily se apresuró a enviar una disculpa, muchos quisieron hacerla sentir menos avergonzada señalado que sólo habían recibido fotos de su techo o del pie de Carsyn.
La mujer también contó que pensó en renunciar al trabajo y no regresar jamás, pero que después decidió tomarlo con calma y con algo de humor, pues fue un hecho inocente.
“Es solo una broma y en este mundo oscuro y retorcido en el que estamos en este momento, compartir algo para hacer reír a la gente un lunes por la mañana, no está tan mal”.
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