Según Unicef, 700 mil niños y adolescentes sufren variadas formas de acoso en la escuela, en la calle, en los transportes y a través de las redes sociales
Adolescentes y niños de todo el mundo siguen sufriendo las consecuencias del bullying, el cual los hunde en la depresión y puede llevarlos a atentar contra su vida.
En Francia, una pequeña de 11 años tomó la decisión de terminar con su vida, colgándose dentro de su habitación para poner fin para siempre al acoso que sufría por parte de sus compañeros de clase, en un colegio de Herblay (Val-d’Oise), en la periferia de París.
Julie, nombre ficticio, fue una de las 700 mil víctimas infantiles y adolescentes que se calcula sufren acoso escolar en el mundo.
De acuerdo con lo declarado por sus padres, la niña había denunciado el acoso sufrido ante la dirección de la escuela, sin que nadie fuera reprendido por este hecho.
Ante la situación de vulnerabilidad por la que atravesaba su hija, la familia decidió cambiarla de colegio, sin embargo, la menor siguió siendo víctima del acoso de sus antiguos y también de los nuevos compañeros a través de las redes sociales.
Fue su padre quien la encontró dentro de su cuarto cuando todavía respiraba, con una soga atada a su cama, desde donde había dado un salto, para matarse.
Los bomberos llegaron a los pocos minutos y creyeron que podrían salvar a la niña, no obstante, la pequeña murió al ser trasladada al hospital «Robert Debré», en París.
La policía ha abierto una investigación, intentando rastrear la pista de los compañeros y acosadores de la menor.
Según Unicef, 700 mil niños y adolescentes sufren de muy variadas formas de acoso en la escuela, en la calle, en los transportes y a través de las redes sociales.
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