Por 10 días los niños no irán al colegio y muchos negocios cerrarán junto con la bolsa, los bancos, los hospitales y las oficinas públicas
En un histórico mega puente vacacional, trabajadores en Japón iniciaron este fin de semana unas vacaciones de primavera excepcionalmente largas que tienen confusos y molestos a miles de nipones.
El respiro laboral será de 10 días, en los cuales, millones de asalariados abandonarán sus puestos de trabajo entre el 27 de abril y el 6 de mayo en lo que se conoce tradicionalmente como la Semana Dorada.
Esta sucesión de festivos, que se celebra cada año alrededor de las mismas fechas, es la pausa laboral generalizada más larga para muchos japoneses, quienes se caracterizan por pasar largas horas en la oficina y por fenómenos como el “karoshi”, la muerte por sobrecarga de trabajo.
En esta ocasión, varios festivos nacionales contiguos a las celebraciones con motivo de la abdicación del emperador Akihito y la consecutiva sucesión al trono del príncipe Naruhito han propiciado una acumulación insólita de días no laborables.
La Semana Dorada de 2019 comenzará este sábado e incluye las festividades del Día de la era Showa (29 de abril), el día de abdicación (30 de abril), la ascensión al trono (1 de mayo), el Día en memoria de la Constitución (3 de mayo), el Día Verde (4 de mayo) y el Día de los Niños (5 de mayo).
El 2 de mayo serán vacaciones porque la ley nipona convierte cualquier día situado entre dos festivos en otro feriado. El lunes 6 de mayo compensará el festivo del domingo anterior, una práctica también habitual en Japón.
Durante la Semana Dorada, los niños no irán al colegio y muchos negocios cerrarán junto con la bolsa, los bancos, los hospitales y las oficinas públicas. Paralelamente, se llenarán de gente atracciones turísticas, centros comerciales, estaciones, aeropuertos y restaurantes.
Al respecto cientos de trabajadores han señalado no saber qué hacer con tantos días de asueto, mientras otros han optado por viajar a otros países o destinos turísticos dentro de su país, lo que conllevará a una saturación de espacios sin precedentes.
“Los trenes siempre están atestados de gente durante estos días. Lo mismo con los viajes al extranjero, todo el mundo irá a otros países y así es mucho más caro viajar. Por eso me quedaré en casa“, explica un joven tokiota.
Los expertos auguran que estas vacaciones de 10 días producirán efectos negativos a la vez que positivos en la economía del país.
En un informe, el investigador en economía del instituto nipón NLI Taro Saito razona que las consecuencias nocivas del parón de las fábricas nublarán los beneficios que pueda tener el previsible aumento del consumo.
Asimismo, los empleados que cobran por horas y trabajan en negocios que cerrarán durante las vacaciones verán un descenso importante de sus ingresos en los meses de abril y mayo.
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