Marcos contó que aunque se presentó como médico en el hospital, los dejaron cuatro horas esperando.
El médico Marcos Fonseca Barbosa optó por tratar en casa a su madre, gravemente enferma de coronavirus, luego de que la capacidad hospitalaria de Manaos, en el norte de Brasil, se viera rebasada.
El médico de emergencias de 36 años relató que su travesía comenzó cuando intentó que admitieran a su madre en cuidados intensivos la semana pasada.
No obstante, le fue imposible ingresarla, ya que desde el 28 de agosto el hospital público estaba completamente saturado por la constante internación de nuevos pacientes con Covid-19.
Marcos contó que su madre, Ruth, de 56 años, estaba con fiebre y pasándola mal.
“Me presenté como médico, pero nos dejaron cuatro horas esperando, sentados en sillas de plástico” refirió, por lo que tuvo que tomar la única solución posible, acondicionar una cama para cuidarla.
Según indicó el médico, quien también trabaja en varias clínicas privadas, llamó a todos sus amigos y antiguos pacientes a los que había tratado a domicilio para pedirles ayuda.
Tras una serie de llamadas, consiguió un tanque de oxígeno y un ventilador mecánico no invasivo; los cuales instaló en torno a una cama de hospital improvisada en su propio cuarto.
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“No puedo culpar a mis colegas, porque es una zona de guerra. Nunca me habría imaginado una situación así, ni en mis peores pesadillas.
Era desesperante, tuve miedo de que mi madre muriera en mis brazos, en una silla de plástico. En un impulso, la tomé del brazo, la puse en el auto y volví a casa”, señaló.
Una vez instalado el equipo médico, Marcos mantuvo viva a su madre con un aparato de nebulización y un catéter nasal para facilitar su respiración.
Según indicó, estuvo cuatro días sin apartarse de su lado. Afortunadamente, Ruth sobrevivió. Ahora la cuida su esposa, que es maestra, y Marcos logró volver a sus guardias, donde todos los días atienda a pacientes con Covid.
“Afortunadamente está mejor, pero no me impide llamar sin parar para tener novedades”, celebró
Sin querer llevarse el mérito de haberla salvado, Marcos asegura que lo que realmente ayudó a su madre fue “su voluntad de vivir y la obra divina”.
“Es un verdadero milagro que ella siga con vida”, refirió
Con dos millones de habitantes, Manaos, capital de la Amazonía brasileña, vivió escenas de horror en abril y mayo, con fosas comunes cavadas en los cementerios públicos y camiones frigoríficos instalados afuera de los hospitales para conservar los cuerpos de los fallecidos.
La situación es peor desde inicios de año. Entre el 1 y el 11 de enero se registraron mil 979 nuevas hospitalizaciones debido al coronavirus, frente a dos mil 128 en todo abril de 2020, en el mes más complicado desde la llegada de la pandemia. Los entierros de fallecidos por Covid-19 también baten récords: en los primeros diez días de 2021 se registraron 379, más que los 348 de mayo.
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CAB