Las facciones palestinas llamaron a una huelga general y a marchas en toda Cisjordania el miércoles para protestar por la muerte de Ismael Haniyeh.
La muerte del líder político de Hamás en un bombardeo en Teherán causó conmoción en los territorios palestinos, con algunas voces manifestando decepción porque Irán no pudo “protegerlo”. Hamás y los Guardianes de la Revolución de Irán anunciaron este miércoles que Ismael Haniyeh murió en un bombardeo que se atribuye a Israel. Haniyeh se encontraba en la capital iraní para asistir a la toma de posesión del presidente Masud Pezeshkian el martes.
En Cisjordania ocupada por Israel, Hosam Abdel Razek, de 45 años, quien trabaja en una institución privada en Ramalá, comentó que la muerte de Haniyeh demostraba que “la sangre de los palestinos es barata”.
Sami Naem declaró en Deir al Balah que la muerte de Haniyeh “afectará las negociaciones” para un alto el fuego entre Israel y Hamás. En contraste, Rami Yusef opinó que el asesinato del líder de Hamás podría incluso acelerar el fin de la guerra. Señaló que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu “está siendo presionado por Estados Unidos para poner fin a la guerra, pero él busca un logro… y considera que Haniyeh es un gran logro”.
Las facciones palestinas convocaron una huelga general y marchas por toda Cisjordania el miércoles para protestar por la muerte de Haniyeh. Periodistas de la agencia AFP en Ramalá observaron a empleados abandonando edificios gubernamentales en respuesta al llamado a huelga, y a cientos de personas marchando con banderas por las calles de la ciudad.
En la Franja de Gaza, varios palestinos expresaron que Haniyeh había alcanzado el “martirio” debido a la manera en que fue abatido.
En junio, 10 miembros de la familia de Haniyeh murieron en un ataque aéreo israelí en el campo de refugiados de Al Shati, al norte de la Franja de Gaza. En abril, Haniyeh había perdido a tres hijos y cuatro nietos en un ataque israelí en el centro de Gaza, con el ejército israelí acusándolos de “actividades terroristas”.
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En ese momento, Haniyeh declaró que aproximadamente 60 miembros de su familia habían sido abatidos desde el inicio de la guerra el 7 de octubre.
Su hija, Sara Ismail Haniyeh, lamentó su muerte en una publicación en X, destacando que era un hombre “amado por todos”.
La guerra comenzó tras un ataque sin precedentes de Hamás a Israel, que resultó en la muerte de 1,197 personas, en su mayoría civiles, según cifras oficiales israelíes. La campaña de represalias de Israel contra Hamás ha causado al menos 39,445 muertes en Gaza, según el ministerio de salud del territorio gobernado por Hamás, que no detalla las muertes entre civiles y combatientes.
El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió un “duro castigo” a Israel y afirmó que Teherán considera su “deber buscar venganza”. Por su parte, el nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, declaró en un comunicado que “los sionistas pronto verán las consecuencias de su acto terrorista y cobarde”.
Un miembro de la oficina política de Hamás, Musa Abu Marzuk, afirmó que “el asesinato del líder Ismail Haniyeh es un acto de cobardía y no quedará impune”. Hasta el momento, Israel ha declinado hacer comentarios. La Guardia Revolucionaria de Irán informó que el ataque contra la residencia de Haniyeh resultó en su muerte y la de uno de sus guardaespaldas. Según medios iraníes, el bombardeo ocurrió a las 02:00 de la mañana del miércoles.
Irán ha declarado tres días de luto oficial. El jueves se llevará a cabo una ceremonia funeraria “oficial y pública” en Teherán, antes de trasladar el cuerpo de Haniyeh a Doha, la capital de Catar, donde será enterrado el viernes, según informó Hamás.