Así lo confirmaron tanto el presidente de ese país, Iván Duque, como las propias autoridades del Ejército
Un total de cuatro militares murieron y varios resultaron heridos en dos ataques en el noroeste de Colombia atribuidos al Clan del Golfo, sus primeras acciones armadas en respuesta a la captura de su líder, Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel“.
El primer ataque se produjo en el municipio de Turbo, en el golfo del Urabá, cuando supuestos miembros de esta banda criminal, la más grande del país dedicada sobre todo al narcotráfico, atacaron con explosivos una patrulla que realizaba labores de vigilancia.
Además resultaron heridos otros cuatro militares que estaban destacados en esta zona cercana a donde se escondía el jefe del Clan del Golfo hasta que fue detenido por una operación militar y policial.
El otro ataque, también atribuido al Clan del Golfo, se produjo en la zona de Ituango, en una zona más al sur de Antioquia, donde murió otro militar y uno más fue herido.
“Rechazamos y condenamos el cobarde asesinato de 3 soldados del ejército cuando realizaban labores de vigilancia en Turbo, Antioquia”, dijo el presidente de Colombia, Iván Duque, en su cuenta de Twitter
“Reiteramos que estos criminales y narcotraficantes que atentan contra nuestra Fuerza Pública, serán perseguidos y llevados ante la justicia”, aseguró el presidente tras los ataques
Fue “una retaliación por la captura del narcotraficante más buscado por las autoridades mundiales y colombianas”, dijo a Blu Radio el general del Ejército de Colombia, Juvenal Díaz.
El general Díaz afirmó que los militares están en alerta por nuevas acciones de represalia de la organización de Otoniel, que opera principalmente en Antioquia y Chocó, en un área colindante con Panamá.
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Mientras tanto, en Antioquia se celebrará un consejo de seguridad para valorar estos dos ataques y tomar decisiones para reforzar la seguridad, sobre todo en esas zonas donde sigue teniendo mucha influencia el Clan del Golfo.
“Otoniel” fue detenido el pasado sábado en una operación conjunta de la Policía colombiana y las Fuerzas Armadas, bautizada “Operación Osiris”, en un punto llamado Cerro Yoki, en jurisdicción de Necoclí, municipio del departamento de Antioquia, donde estaba cercado desde hace meses.
Su captura, según el presidente Duque, es “el golpe más duro que se le ha propinado al narcotráfico en este siglo en nuestro país y es solamente comparable con la caída de Pablo Escobar en los años 90″.
El centro de estudios independiente Indepaz estima que el Clan del Golfo cuenta con una fuerza de unos mil 600 hombres. Las autoridades calculan que ascendería 3 mil 800 integrantes entre combatientes y colaboradores.
Expertos prevén que los subalternos de ‘Otoniel’ podrían desatar una guerra para llenar el vacío que dejó el capo, en una confrontación que atemoriza a los habitantes de la región.
Los conocidos como ‘Chiquito Malo’ y ‘Siopas’ aparecen como los posibles sucesores del narcotraficante. Según el ministerio de Defensa, el Clan del Golfo exporta el 30% de la cocaína que sale de Colombia (unas 300 toneladas) anualmente, el país considerado por la Organización de las Naciones Unidas como el mayor productor de esa droga.
El gobierno espera que Úsuga sea extraditado en las próximas semanas a Estados Unidos, donde es solicitado por cortes de Miami y Nueva York por narcotráfico.
Ante la justicia colombiana, Otoniel tiene seis condenas y 26 ordenes de captura por homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores y secuestro, entre otro delitos.
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CAB