Entre las aves muertas figuran 10 buitres del Cabo, especie que sólo se halla en Sudáfrica, y 468 buitres de espalda blanca consideradas como especies amenazadas
Un total de 537 buitres y dos águilas leonadas murieron en Botsuana tras comer los restos envenenados de tres elefantes abatidos por cazadores furtivos.
Organizaciones de protección y conservación de animales señalaron que fue el pasado 21 de junio cuando se realizó el descubrimiento de los especímenes muertos.
A través de un comunicado emitido por el Departamento de Vida Salvaje y Parques Nacionales, los cadáveres fueron hallados en una zona del Distrito Central (noreste).
Las autoridades botsuanesas señalaron que el envenenamiento fue causado por un “producto químico venenoso” hallado en los cadáveres de tres elefantes, lo que provocó “una importante mortalidad en buitres y águilas“.
Entre las aves muertas por intoxicación figuran 10 buitres del Cabo, especie que sólo se halla en Sudáfrica, Lesoto y ciertas áreas de Botsuana; y 468 buitres de espalda blanca, un animal incluido en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Aunque se desconoce el motivo concreto del envenenamiento, los cazadores furtivos suelen contaminar los restos de elefantes abatidos a fin de acabar con los buitres, que acostumbran a volar en círculo en el cielo cuando muere un animal y, de esa manera, alertan a los guardabosques sobre esa actividad ilegal.
La organización Vida Salvaje en Riesgo Internacional (WAR, en sus siglas en inglés) subrayó que las especies de los buitres envenenados en Botsuana están “gravemente en peligro”, y recordó que estas aves realizan una de las labores “más importantes en los ecosistemas africanos”.
Los buitres -recordó WAR- “limpian los animales muertos, lo que reduce la propagación de enfermedades, y mantiene el número de carroñeros en niveles más bajos”.
Con información de EFE
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