Forcejeos menores y riñas a gritos brotaron el martes entre manifestantes y seguidores del presidente Donald Trump, con las autoridades en alerta mientras cientos de personas hacían fila para ingresar a un mitin que representa el primer evento político del mandatario desde los actos violentos en Charlottesville, Virginia.
La policía de Phoenix mantuvo a la mayoría de los miembros de los dos grupos rivales detrás de barricadas y separados en lados distintos de la calle. Mientras un helicóptero de policía sobrevolaba la zona, agentes antimotines deambulaban por el carril que separaba a ambas partes.
Las autoridades locales están en alerta tras las protestas en Virginia, en las que murió una persona, y después de los comentarios del presidente de que ambos bandos comparten culpa por los hechos de violencia derivados del mitin de supremacistas blancos en ese estado.
“Trump es tóxico”, rezaba un letrero sostenido por manifestantes frente a los seguidores del mandatario que ingresaban al Centro de Convenciones en el centro de Phoenix. “¡Enciérrenlo!”, afirmaba otro, una referencia a una frase que coreaban Trump y sus partidarios con relación a su rival electoral Hillary Clinton.
Algunos letreros de los opositores mostraban dibujos o fotografías de Trump con un pequeño bigote al estilo de Hitler. Tres partidarios de Trump hostigaban a manifestantes latinos con comentarios ofensivos acerca de los inmigrantes latinos y sostenían carteles opuestos a los musulmanes y al movimiento Black Lives Matter (La vida de los negros importa).