Durante esta cuarentena, las mujeres coinciden en que el día no alcanza para todas las labores a realizar en casa, en las cuales son dejadas solas
El aislamiento social, la suspensión de clases presenciales, la implementación del home office, el seguimiento de clases virtuales y la atención en la limpieza del hogar, provocará que las madres de familia “celebren” su día bajo altos niveles de estrés y cansancio.
La modificación en la rutina familiar a raíz de la emergencia sanitaria en México por la pandemia de coronavirus, ha provocado que miles de mujeres permanezcan mayor tiempo en sus hogares conviviendo con niños, esposos, padres y una carga laboral que no puede dejar de ser atendida.
A través de redes sociales, miles de usuarias han compartido pensamientos e imágenes sobre lo que viven diariamente durante esta cuarentena, y coinciden que el día no alcanza para todas las labores a realizar en casa: limpiar, ordenar, cocinar, asistir las tareas, educar, contener y, además, teletrabajar.
Para los especialistas, los peligros que enfrentan las mujeres con este exceso de carga son bastantes, ya que no tienen un descanso físico y mucho menos mental, pues no existe un periodo de tiempo que ellas puedan invertir en autociudado y ocio personal.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares, en México, las mujeres dedican 41 horas a la semana a tareas de trabajo no remunerado, como lo son las labores domésticas, de crianza y cuidado; mientras que los varones sólo dedican 19 horas a este trabajo.
En el caso de las mujeres con hijos entre 0 a 6 años, el tiempo se incrementa hasta las 70 horas semanales a esta clase de labores, con suerte tienen unas horas para dormir.
Esta mala distribución de las labores impactan en el ámbito emocional, ya que en la mayoría de las veces son las mujeres quienes son las responsables de la contención emocional de la familia.
Si al escenario anterior, le sumamos que muchas mujeres viven solas con sus hijos, el panorama es todavía más desalentador ya que las jefas de hogar monoparental deben laborar (en este contexto de pandemia) desde el hogar, para proveer los recursos económicos necesarios, mientras están sometidas paralelamente al estrés del cuidado del hogar.
Aunque muchas mujeres se apoyan en redes de asistencia familiar, la gran mayoría de este apoyo también proviene de otras mujeres, tías, madres, abuelas, amigas, vecinas; lo que revela que socialmente las féminas son dejadas solas con esta carga.
“El gobierno no avanza en propuestas que garanticen estos cuidados, naturalizamos que las mujeres lo harán gratuitamente sin pensar en los costos de tiempo que eso significa. Se tienen que impulsar ámbitos como la renta básica”, reflexiona Andrea Sato, investigadora de la Fundación Sol.
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