La mujer les decía a los médicos que el niño tenía alergia a la leche y necesitaba un trasplante de pulmón debido a los graves efectos secundarios.
Kaylene Bowe, de 34 años, siempre ha estado convencida de que su hijo, desde que nació, padecía alguna enfermedad. Tal era su obsesión que el pequeño, de seis años, ha pasado ya por 13 operaciones y 323 revisiones médicas.
Además, logró que los médicos le conectasen un tubo directamente al intestino delgado para alimentarlo a través de él. Por otro lado, intentó que el niño estuviera en una lista para un trasplante de pulmón y que recibiera cuidados paliativos.
Según ha publicado el diario Star-Telegram, la madre del pequeño podría tener el síndrome de Munchausen. Se trata de una enfermedad mental en la que la madre inventa síntomas falsos para que parezca que la víctima esté enferma.