Alexandra aseguró que asesinó a su hijo “sin querer” con medicamento, pero la autopsia reveló que el menor murió por asfixia mecánica.
El pasado 2 de julio, en Río Grande do Sul, Brasil, una madre fue acusada de haber estrangulado a su hijo de once años por jugar demasiado en su celular.
Se trata de Alexandra Dougokenski, quien presentó testimonios falsos durante la investigación. Entre sus mentiras, dijo que el menor había huido de casa tras una fuerte discusión. Por ello la policía desplegó una búsqueda con perros entrenados en el bosque cercano a la casa de la familia.
Ante la presión, confesó haber asesinado al pequeño Rafael Mateus «porque aún estaba despierto a las 3 de la mañana», razón por la que lo estranguló con el hilo del tendedero tras un ataque de ira.
El 16 de mayo pasado, Alexandra denunció la desaparición de su hijo. Diez días después de la desaparición reveló parcialmente lo sucedido, pues aseguró que su hijo murió luego de que le suministrara medicamento.
Sin embargo, el cuerpo presentaba signos de asfixia. «Descubrimos que Alexandra tenía varias entradas a Internet, a videos con escenas de sexo, con violencia, escenas de violación y todas acompañadas de situaciones de asfixia de personas que sufrieron violencia», comentó el jefe de la Policía Civil, Eibert Moreira Neto.
Con la evidencia, Alexandra modificó la versión de los hechos «Le di un medicamento a medianoche. Alrededor de las dos, tres de la mañana pensé que aún estaba despierto. Fui al área de servicio, tomé la soga, preparé el nudo e hice lo que hice».
Acto seguido, escondió el cuerpo dentro de una caja de cartón en el garaje del vecino. Lo enrolló en una sábana y una bolsa de plástico. La madre podría ser sancionada con 38 años de prisión por los delitos de homicidio calificado, ocultamiento de cadáver y falso testimonio.
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