La crisis de los bosques encargados de cuidar a las luciérnagas en el eje Neovolcánico transversal, pone en peligro la conservación de la especie.
A pesar de la reapertura de los bosques en la Ruta de las Luciérnagas en Amecameca, Estado de México, por parte de las autoridades, las restricciones para evitar contagios por Covid-19 dejan serios problemas económicos.
La indicación que restringe a los bosques trabajar al 30% de su capacidad, merma sus ingresos económicos, los cuales son principalmente destinados a la conservación, limpieza y mantenimiento de las áreas naturales y protección del majestuoso escarabajo, así como los sueldos de los guías.
“Ahorita podríamos considerar que estamos sin ingresos, únicamente nos permite volver a cubrir la nómina de los colaboradores que ya pudieron reincorporarse. Realmente la empresa se mantiene en el mínimo, no hay utilidades”, declaró Juan Pablo del Valle Cortés, gerente del Rancho del Valle.
El avistamiento de la luciérnaga finaliza a finales del mes de julio. Esto depende en gran medida de la prolongación de la población de la luciérnaga, la cual ha ido en aumento gracias a los cuidados brindados en las reservas.
La implementación de los “Turibonos” podría ayudar a las regiones conservadores de la luciérnaga a salir de la crisis. Los “turibonos” son los que se venden de manera anticipada para la temporada de otoño y en Navidad.
Cabe destacar que el año pasado recibieron poco más de 25 mil visitantes, quienes acudieron al lugar para presenciar a la “Photinus palaciosi”. Es la luciérnaga endémica del eje Neovolcánico transversal perteneciente a los bosques de Tlaxcala, Puebla y Estado de México.
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