Actualmente vivimos una época en la que sexualizamos a los niños para prepararlos socialmente y se nos hace chistoso hacerlos jugar a los novios cuando apenas van al kínder
Les tengo un dato, cifras del INEGI señalan que en México la esperanza de vida al 2016 era aproximadamente de 77 años.
Si a esto le restamos la infancia que en el mejor de los casos durará 12 años, tenemos que un mexicano promedio se preocupará por novios, rupturas, elegir carrera, un trabajo, mantener a la familia, juntar para la pensión y decenas de cosas más, alrededor de 65 años.
Una vida repartida en un 15% de infancia y un 85% entre adolescencia madurez y vejez. Un pequeño porcentaje que a veces queremos que vivan los niños tan rápido como si no hubiera tiempo suficiente para el resto de las etapas.
Vivir deprisa ese mundo maravilloso, donde las cosas son simples, cuando papás, abuelos y amigos son lo más importante, y donde la imaginación vuela lo más alto posible.
La etapa donde lo imposible se vuelve real gracias a la magia. El tiempo donde valoras más haberte mojado bajo la lluvia con tu papá, a tener el regalo más caro del mundo.
En donde un helado al salir de la escuela te hace el ser más feliz del planeta. Y te levantas tarde para ir a la escuela, pero madrugas si estas de vacaciones pues quieres aprovechar hasta el último segundo del día.
El tiempo donde más hablas contigo mismo, donde haces los tratos más serios del mundo y donde realmente decides lo que te hará ser feliz en la vida.
Cuando la mirada hace milagros; pues un trapo viejo es la capa más poderosa, una caja el auto más veloz del planeta, los peluches tus mejores confidentes y tu cuarto, el lugar donde vivirás grandes aventuras.
Una infancia de tan solo 12 años, 4380 días o 105 mil 120 horas. O bueno, al menos así debería ser, antes de que alguien te diga que ya no eres niño. Que debes poner los pies en la tierra, que la creatividad se cobra y que las ilusiones deben ir aderezadas con realidad. Un mundo ¿que así debería funcionar?
En una época donde sexualizamos a los niños para prepararlos socialmente. O donde se nos hace chistoso hacerlos jugar a los novios cuando apenas van al kínder. Niños viviendo al ritmo de adultos, con ocupaciones de grandes y siempre apurados para todo.
¿Y si luchamos por esos 12 años? Y nos damos a la tarea que más niños vivan esa infancia. En una de esas nos contagiamos de su forma de ver el mundo, recordamos lo que nos hacía felices cuando éramos pequeños y así hasta podríamos hacer de este mundo un lugar que sea más divertido de vivir. Feliz Día del Niño.
Contenido relacionado
¡Feliz Día del Niño! ¿Por qué celebramos hoy a los pequeños?