
La renuncia al papado, un hecho que suele verse como extraordinario dentro del catolicismo, no es exclusivo de los tiempos modernos. Aunque la decisión de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, sorprendió al mundo en 2013, su salida del cargo fue parte de una breve pero significativa lista de pontífices que a lo largo de la historia han optado por abandonar el trono de San Pedro.
Desde el siglo I hasta la actualidad, al menos ocho papas han dejado el pontificado, motivados por razones de salud, presión política, conflictos internos o convicciones personales. Cada caso representa un capítulo particular en la compleja historia del Vaticano.
El caso Benedicto XVI: una decisión inédita en siglos
El 11 de febrero de 2013, el entonces Papa Benedicto XVI anunció su renuncia al pontificado, alegando que su edad avanzada y su deteriorada condición física y mental no le permitían seguir liderando la Iglesia con la energía que el cargo exigía. En su declaración oficial expresó que ya no tenía “la fortaleza necesaria para ejercer adecuadamente el ministerio papal”.
Pese a sus argumentos, su renuncia generó una ola de teorías, especialmente tras el escándalo conocido como Vatileaks, donde se filtraron documentos internos del Vaticano. El cardenal Francis Arinze comentó que esa crisis “pudo haber sido una de las razones” detrás de la renuncia del pontífice alemán.
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En 2021, Benedicto XVI reiteró que su decisión fue meditada y tomada en plena conciencia: “Hubo teorías que fueron vinculadas a conspiraciones internas, pero mi conciencia estaba tranquila”, aseguró.
¿Qué otros Papas han renunciado?
Aunque muchos consideran a Benedicto XVI un caso sin precedentes, la historia muestra que no fue el único. Estos son los pontífices que, antes que él, también renunciaron al cargo:
- Clemente I (año 97): Se dice que renunció voluntariamente para permitir la elección de Evaristo.
- Ponciano (año 235): Cedió el cargo tras ser deportado a una mina en Cerdeña.
- Silverio (año 537): Fue presionado por fuerzas políticas a dimitir en favor de Vigilio.
- Benedicto IX (año 1045): Uno de los casos más irregulares: renunció dos veces, vendiendo incluso el pontificado.
- Gregorio VI (año 1046): Abdicó tras ser acusado de comprar el papado (simonía).
- Celestino V (año 1294): Tras cinco meses en el trono, lo abandonó por considerar que no tenía la capacidad para gobernar.
- Gregorio XII (año 1415): Dejó el cargo para facilitar la solución al Cisma de Occidente.
¿Qué implica la renuncia de un Papa?
El derecho canónico establece que la dimisión del Papa debe ser libre y no necesita la aceptación de ninguna autoridad. Basta con que sea comunicada de forma clara. Aunque no es obligatorio, lo habitual es informar al Colegio de Cardenales para asegurar la validez del acto y activar el proceso de elección del sucesor.
Una vez consumada la renuncia, se inicia el período denominado sede vacante, durante el cual se convoca al cónclave, donde los cardenales menores de 80 años eligen al nuevo pontífice. A diferencia de los obispos diocesanos, a quienes se les pide presentar su renuncia a los 75 años, no existe un límite de edad obligatorio para los Papas.
Papas que murieron en funciones
Históricamente, la gran mayoría de los pontífices han fallecido durante su mandato. Se estima que entre 258 y 259 papas han muerto en funciones, lo cual hace aún más excepcional cada caso de renuncia. Algunos de los más emblemáticos incluyen:
- San León I (440–461): Conocido como “León Magno”, negoció directamente con Atila para evitar el saqueo de Roma.
- Gregorio I (590–604): Sentó las bases del papado medieval y reformó la liturgia.
- Inocencio III (1198–1216): Consolidó el poder político del papado en Europa.
- Juan Pablo II (1978–2005): Su pontificado de casi 27 años estuvo marcado por reformas internas y una apertura al diálogo interreligioso. Falleció en el cargo tras una larga enfermedad.
En resumen, si bien la figura del Papa suele estar asociada a un mandato vitalicio, la historia demuestra que la renuncia es una posibilidad legítima y, en algunos casos, necesaria. Casos como el de Benedicto XVI han abierto un precedente moderno que podría, en el futuro, cambiar la percepción tradicional de este rol en la Iglesia Católica.