Según la tradición, en estas comunidades mayas, los papalotes se elevan para alejar a los espíritus malignos y permitir que las almas de los fallecidos se reúnan con sus seres queridos.
Al igual que en México, los guatemaltecos llenaron los cementerios este miércoles para decorar las tumbas con flores de múltiples colores, disfrutar de comida y tomar tragos de aguardiente, en la celebración del Día de Todos los Santos, una de las principales y pintorescas tradiciones religiosas de Guatemala.
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“Venimos a adornar, después de eso comer fiambre (verduras curtidas con embutidos) y como tradición con los difuntos” se les da “sus bebidas”, relató el agricultor indígena maya Celedonio Granados, de 71 años, en el cementerio del poblado de Santiago Sacatepéquez.
El anciano, que llegó con su familia, vertió un poco de aguardiente “en la tierra porque los espíritus caminan y es su día”. Él también se tomó unos tragos para compartir, dijo, con sus diez familiares fallecidos, enterrados en este cementerio.
“Todas las familias vienen a visitar (al cementerio) a sus seres queridos, a quienes ya se nos han adelantado; y se elevan los barriletes (papalotes de papel) para darles un mensaje a cada uno de los que ya no están entre nosotros”, comentó la joven Elizabeth Tuyuc.
La adolescente dice que los pobladores llegan al camposanto para “hablar” con sus difuntos y “les ofrecen comida, música, bebida, en fin, se les habla con todo respeto”.
Miles de guatemaltecos abarrotaron los mil 317 cementerios del país.
El poblado de Santiago y su vecino Sumpango son reconocidos por su tradición de elevar papalotes gigantes, que este año fue suspendida por las fuertes lluvias provocadas por la tormenta Pilar que dejó cuatro muertos, centenares de evacuados e inundaciones en extensas áreas de cultivo de Centroamérica.
Según la tradición de Guatemala, en estos poblados mayas los barriletes se elevan para espantar a los malos espíritus y que las almas de los difuntos puedan llegar a compartir con sus familias.
En el Día de Todos los Santos, los guatemaltecos degustan conservas de dulces de calabazas, ayote, jocotes, manzanillas y camote.
También comparten fiambre, un platillo frío creado a finales del siglo XVI que mezcla verduras, embutidos, quesos y carnes, y que en 2019 fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación por el Ministerio de Cultura y Deportes.
Con información de AFP.