La detención de este sacerdote se da en medio de una serie de acciones del Gobierno sandinista contra la Iglesia católica nicaragüense
Óscar Benavides, sacerdote reportado como desaparecido en Nicaragua, fue localizado en Auxilio Judicial, un área conocida como la cárcel de El Chipote.
De acuerdo con la periodista Tifani Roberts, el sacerdote habría sido “secuestrado” en una operación militar.
Horas antes, la Diócesis de Siuna denunció la detención y desaparición del sacerdote, en medio de tensiones entre el Gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica de Nicaragua.
La detención del religioso se suma a denuncias de otros dos sacerdotes de la zona rural de Matagalpa a quienes la policía les impidió asistir a procesiones el fin de semana. El párroco del municipio de Terrabona, Aníbal Manzanares, dijo a periodistas que el viernes recibió una prohibición de la policía para realizar “procesiones y actividades fuera de la Iglesia”, mientras al sacerdote Fernando Calero, de Rancho Grande, se le impidió viajar el domingo a la ciudad de Matagalpa para asistir a una misa.
También el confinamiento del obispo Álvarez junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas, y dos laicos, en la sede episcopal provincial de Matagalpa, que está sitiado por fuerzas especiales policiales.
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Además la expulsión de un grupo de misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta, el cierre de ocho radioemisoras católicas, la cancelación de la programación de la televisión por suscripción de tres canales católicos y el ingreso a la fuerza y allanamiento a una parroquia.
Ortega tildó de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.
Ortega, quien ostenta la presidencia de Nicaragua desde 2007, acusa a la iglesia católica de ese país de apoyar las protestas de 2018, a las que considera un “golpe de Estado” fallido.
El sandinista ganó las elecciones de 2021 para conseguir así su cuarto mandato consecutivo, no sin antes acusar, detener y procesar a más de 40 personajes opositores, entre ellos siete aspirantes a la presidencia, bajo la acusación de un complot para derrocarlo.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó el viernes pasado a Nicaragua por lo que consideran «el hostigamiento» a la iglesia católica y la persecución de la prensa y las oenegés, además de exigir al gobierno de Ortega la liberación de presos políticos.
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CAB