La trama de El Príncipe del rap gira en torno al choque cultural entre un joven de Filadelfia, y sus parientes ricos de un exclusivo vecindario de Los Ángeles
Protagonizada por Will Smith, hace treinta años que se emitió el primero de los 148 episodios de El Príncipe del Rap, serie de comedia cuyo título original es The Fresh Prince of Bel-Air, que se emitió en capítulos semanales de media hora hasta 1996.
La trama gira en torno al choque cultural entre Will, un joven de Filadelfia, y sus parientes ricos del exclusivo vecindario de Bel Air en Los Ángeles, a donde es enviado vivir por su madre tras tener un altercado con los integrantes de una peligrosa pandilla.
Por simple que parezca la premisa de El príncipe del rap, la verdad es que se trata de una adaptación de la vida de Benny Medina, productor musical y CEO de The Medina Company, quien creció al este de Los Ángeles en un barrio pobre, pero su vida cambió cuando se hizo amigo de un adinerado joven blanco de Beverly Hills, cuya familia dejó que viviera con ellos.
Sin embargo, en El Príncipe del rap, la familia que acoge al protagonista está compuesta por afroamericanos, pues en la época ya estaba muy gastada la idea del joven de color viviendo con blancos. Además, que así se podía ahondar en el prejuicio por la diferencia de clases, entre personas del mismo origen racial.
De esta forma, a lo largo de seis temporadas, los televidentes pudimos divertirnos y veladamente reflexionar con la convivencia entre Will con el tío Philip Banks, un honesto y estricto juez de la ciudad, la tía Vivian, profesora de literatura que es la que pone el orden en la casa. Así como de los cuatro primos que dejaban ver un mosaico social: Hillary, materialista y algo tonta; Carlton, chaparrito y con actitud de niño rico consentido pero en el fondo con buen corazón; Ashley, la pequeña prima a la que vemos crecer a lo largo de la trama; y Nicky, que empieza siendo un bebé y lo vemos convertirse en un espontáneo niño la serie siendo un niño espontáneo y despierto niño, cuyo nombre fue un homenaje a los Boyz II Men.
Pero, también está Geoffrey, el mayordomo de la casa que es un inglés con una respuesta para todo y cuyo carácter sarcástico es una crítica a la explotación a la que lo somete esa familia de la que no es capaz de separarse.
En los primeros capítulos aparece como la némesis de Will. Así, vemos a un joven de barrio que creció jugando baloncesto y rapeando (dos elementos muy importantes, casi religiosos en la cultura afroamericana), frente a un mayordomo que siempre luce correcto, imperturbable y con modales impecables, pero conforme convive con Will, empieza a soltarse y desarrollar una personalidad propia e impredecible.
Otro elemento interesante con El Príncipe del rap es que coincidiera con los disturbios de Los Ángeles de 1992 que se iniciaron el 29 de abril después de que fueran absueltos por un jurado integrado casi completamente por blancos, los cuatro agentes de policía grabados mientras daban una paliza a un taxista de color llamado Rodney King, tras ser alcanzado en una persecución a toda velocidad en una autopista de Los Ángeles el 3 de marzo de 1991.
Y, aunque el polémico veredicto en el juicio del caso sobre Rodney King terminó de encender la mecha, esa zona de California ya venía arrastrando una serie de elementos que causaron una fuerte tensión racial, alimentada por la percepción de que el Departamento de Policía de Los Ángeles, bajo el mando del polémico y racista Daryl Gates, cometía abusos de fuerza en contra de la comunidad negra.
Así como la indignación que generó la sentencia irrisoria hacia una mujer de origen coreano que asesinó por arma de fuego a Latasha Harlins, una adolescente afroamericana.
IPR
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