La obligación del Estado es brindar seguridad al ciudadano, lo que no ocurrió ayer en Culiacán, pero como mexicanos debemos cohesionarnos al presidente
Quería ser muy claro sobre lo ocurrido ayer en Culiacán y explicar cuales son las obligaciones del Estado.
En los principios de los tiempos existió la llamada justicia privada, que fue plasmada en el Código de Hammurabi, que fue nuestro primer Código Penal, en una gran piedra, el cual está exhibido en el Museo de Louvre. Lo cual es “Ojo por ojo, diente por diente”.
Haciendo saltos muy grandes en el tiempo y en la evolución de las obligaciones del Estado, llegamos al Leviatán, de Thomas Hobbes, donde el ciudadano entrega la capacidad de vengarse de forma privada al Señor Feudal, el cual la cuida dentro de sus murallas .
De ahí pasamos al Contrato Social de Jean Jaques Rousseau, en donde el ciudadano entrega su soberanía para que el Estado lo defienda y principalmente le preserve la vida, la seguridad y sus bienes.
El ciudadano tiene la obligación de respetar de respetar la ley y de pagar impuestos. Entonces el Estado tiene el uso legítimo de la fuerza para defender al ciudadano.
Esto es lo que está fallando, lo que pasó ayer en Culiacán.
Yo tuve discusiones en redes sociales, incluso con mi queridísimo amigo, José Ángel Verdugo, en el sentido de que México tiene un presidente, una institución presidencial y no me importa como se llame López Obrador, Vicente Fox, Felipe Calderón.
Simple y sencillamente debemos cohesionarnos alrededor de esa figura presidencial, no como fifís ni como chairos, cohesionarnos como mexicanos.
¿Cohesionarnos por qué? Porque finalmente él es el responsable de tomar las decisiones, no estoy de acuerdo con la decisión, dejarlo escapar nos deja con la percepción de que el Ejército fue superado por un grupo de narcotraficantes, independientemente de que el fin (preservar la vida de los habitantes) haya sido bueno o no.
Nos deja con la sensación de que el Ejército fuera menos que los narcotraficantes y como si el Estado hubiera claudicado, ese es el problema.
Independientemente no cambio mi postura, hay que seguir apoyando al presidente de la República, sí ser críticos, sí exigirle resultados, exigirle que se aplique de forma irrestricta la ley; pero lo que no podemos hacer es nada más mentarle la madre, con mentadas en Twitter no van a cambiar las cosas.
Hay que entender que es el presidente que se eligió por parte de los mexicanos y que lo que tenemos que hacer es exigir de forma respetuosa, pero también de parte propositiva y hacer nuestra parte.
Eso es a lo que me refiero con la cohesión a la figura del presidente, no a que aceptemos y alabemos sus decisiones, hay que ser críticos, pero también hay que ser propositivos y cumplir con nuestra parte.
No sólo decir: “este pinche loco, este pinche marihuano, este pendejo”, nosotros qué hacemos ¿Respetamos la ley, denunciamos, pagamos nuestros impuestos? Eso es a lo que me refiero.
Esté de acuerdo o no con la decisión, dejó al Ejército muy mal parado, tomando en cuenta que el Ejército puede ser la última trinchera de defensa de este país, el asunto resulta muy grave, porque los ciudadanos ahora nos preguntamos ¿Ahora quién podrá defendernos?
Debemos ser muy claros en esta situación, sí cohesionarnos en torno a la figura del presidente aunque no estemos de acuerdo con las decisiones, decirlo claramente como lo estoy haciendo yo.
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