Hoy empezó el año nuevo en China, según su calendario, este año el cerdo será el representante. Las celebraciones duran 15 días, en las que los chinos de todo el mundo retoman sus tradiciones.
Millones de chinos celebraron hoy la llegada del nuevo año lunar, correspondiente a 4717, cuyo representante será el cerdo, quien ocupa el lugar 12 del horóscopo chino. El cerdo está asociado con la despreocupación, la generosidad, la fertilidad y la abundancia.
No sólo en China, en todos los países donde se encuentran habitando los chinos y que generalmente se asientan en barrios, se llevarán a cabo celebraciones.
La celebración dura 15 días, durante esta quincena las familias reunidas comen dumplings -platillo tradicional rellenos, envueltas en masa y cocinados al vapor-, intercambian regalos y se envian ‘hongbao’ -sobres rojos llenos de dinero- a familiares y amigos para desear fortuna en el año entrante.
Otros optan por hacer viajes familiares al extranjero, a destinos como Japón y Tailandia, mientras otras personas visitan sus lugares de procedencia para recibir el año nuevo, las autoridades esperan que se produzcan casi 3 mil millones de viajes en el conocido como Festival de la Primavera, el período de 40 días que empezó el 21 de enero y terminará el 1 de marzo.
Entre las prácticas- rituales que tienen figuran limpiar las casas a fondo, decorar las calles con farolillos rojos y muchas luces, y celebrar grandes banquetes familiares.
Otra de las tradiciones es la de lanzar petardos y fuegos artificiales, encendidos para ahuyentar malos espíritus, aunque en grandes urbes como Pekín ya no pueden escucharse porque fueron prohibidos a fin de evitar mayor contaminación y por razones de seguridad.
En plena madrugada,cientos de creyentes, simpatizantes y curiosos se acercaron al Templo del Lama en Pekín para acompañar a los monjes tibetanos en sus ofrendas y oraciones, componiendo una de las ceremonias religiosas más icónicas de las que se celebran en todo el país para recibir al nuevo año.
A pesar del frío, que rondaba los 10° bajo cero, los feligreses esperaban pacientemente su turno para acceder al recinto, prender sus varillas de incienso y reverenciar a las deidades budistas que adornan el santuario, de inspiración tibetana.
En el Templo de la Tierra, se organizó una ofrenda que emulaba las que los emperadores hacían durante siglos a la llegada del nuevo año: actores disfrazados de soldados de la dinastía Qing escoltaron a otro encarnado en emperador amarillo, que encendió incienso y se arrodilló en un gran altar para el rezo.
Muchas familias que se encontraban allí -ajenas a las celebraciones religiosas- aprovecharon la oportunidad para visitar una de las ferias más concurridas de la ciudad, con ofertas de entretenimiento para toda la familia.
Entre las actividades, acrobacias, carreras de zancos, exhibiciones de caligrafía o rifas con todo tipo de ornamentos.
Por su parte, el presidente Xi Jinping dijo del año vencido que “fue duro pero gratificante” para el pueblo chino, que “ha hecho esfuerzos y conseguido mucho”, pero al que pidió “mayores sacrificios” durante los próximos 12 meses, en el discurso que el domingo pronunció en el Gran Palacio del Pueblo para dar la bienvenida a las fiestas.
¿Cómo celebraron en otros países asiáticos?
En Hong Kong, los fieles hicieron fila durante horas en el templo Wong Tai Sin para recibir el año prendiendo incienso.
Lana Wong, una reconocida actriz de la región autónoma, se vistió con un disfraz de cerdo para el evento.
“Mi primer deseo es la paz mundial”, manifestó Wong, de 88 años. “Que todo el mundo tenga comida para comer, empleo y casas para vivir. Los ancianos también esperan que el gobierno los cuide mejor”.
En Bangkok (Tailandia), la gente encendía incienso y quemaba billetes y otras ofrendas simbólicas a los familiares fallecidos pese a los llamados del gobierno a evitar esta práctica para no contribuir al smog.
En la capital de Corea del Norte, Pyongyang, los visitantes depositaron ramos de flores ante las estatuas de los fallecidos líderes Kim Il Sung y su hijo, Kim Jong Il.
Con un cóctel de tradiciones chinas, cristianas y criollas, la influyente comunidad chino-filipina de Manila celebra por todo lo alto el Año Nuevo Lunar en Binondo, el barrio chino más antiguo del mundo con cinco siglos de historia.
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