Saadi Gadhafi, uno de los hijos del exdictador libio Muamar Gadafi, quedó en libertad tras permanecer detenido en una cárcel de Trípoli desde 2014
Saadi Gadafi, uno de los hijos del exdictador libio Muamar Gadafi, detenido en una cárcel de Trípoli desde 2014, fue puesto en libertad tras una decisión judicial que remonta a varios años.
Así lo conformó el Gobierno en un comunicado, en el que precisó que el tercer hijo de Gadafi fue liberado “dos años después de que se tomara la decisión de ponerlo en libertad”.
“Gadafi fue entregado a su familia”, agregaron las autoridades, aunque la prensa local apunta a que inmediatamente tras su liberación fue trasladado a Estambul en avión, recoge Alwasat. No obstante, su destino final sería Egipto, donde reside su madre.
La Administración libia reafirmó en el comunicado “su compromiso de liberar a los presos que siguen detenidos sin disposiciones legales” para avanzar en el camino de la reconciliación nacional.
También el primer ministro libio, Abdul Hamid Dbeibé, indicó a través de su cuenta de Twitter que Libia “no puede avanzar sin lograr la reconciliación o establecer un Estado sin lograr justicia”, por lo que Gadafi fue liberado siguiendo las órdenes de la Fiscalía.
El hijo de Gadafi huyó a Níger en 2011 tras el levantamiento que se inició en el país y que resultó con la captura y asesinato de su padre, aunque en 2014 fue extraditado de vuelta a Libia, donde ha permanecido encarcelado desde entonces.
Había sido acusado y finalmente absuelto de los cargos de “asesinato, engaño, amenazas, esclavitud y difamación del exjugador Bashir Rayani”.
La liberación de Gadafi se produce unos días después de que su hermano, Saif al Islam -contra quien pesa una orden de arresto por parte de la Fiscalía-, anunciara su intención de concurrir en las próximas elecciones presidenciales convocadas en Libia el próximo 24 de diciembre.
El país africano está sumido en la incertidumbre desde la caída de Gadafi en 2011, aunque cuenta desde marzo con un nuevo Gobierno de unidad tras un proceso de conversaciones para unificar las administraciones enfrentadas, después de que las autoridades asentadas en Trípoli, reconocidas internacionalmente, repelieran el año pasado la ofensiva lanzada por el general Jalifa Haftar -aliado de las autoridades orientales- y tras un proceso de conversaciones que incluyeron un acuerdo de alto el fuego.
Está previsto que se celebren elecciones el próximo 24 de diciembre. Actualmente en el país hay una dualidad de poderes por la que el Gobierno interino, junto con el Parlamento en Tobruk, controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del Ejército Nacional Libio, y por otro lado se encuentra el Gobierno de Acuerdo Nacional, avalado por la ONU y liderado por Abdul Hamid Dbeibé, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.
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Situación política
Saadi es el tercer hijo del dictador libio, quien llegó al poder tras un golpe de Estado en 1969. Durante 42 años, el ‘jefe de la Revolución’ gobernó el país con mano de hierro.
La economía del país quedó paralizada por los caprichosos proyectos del dirigente, acusado de utilizar los recursos en hidrocarburos para financiar grupos rebeldes en África y en otros países.
Concentró el poder alrededor del círculo familiar y destruyó cualquier institución, política o militar, que le hacía sombra.
Con todo, la familia no escondía el opulento ritmo de vida que llevaba, con aviones privados, coches deportivos y yates de lujo.
El 11 de octubre de 2011, los rebeldes atacaron Sirte, la ciudad natal de Muamar Gadafi, donde murieron el dirigente y su hijo Mutasim.
Otro hijo, Seif al-Arab, falleció en un bombardeo de la OTAN en abril de 2011, y su hermano Khamais perdió la vida en combate cuatro meses después.
Otros miembros del clan sobrevivieron: su mujer Safiya, su hijo mayor Mohammed, su hija Aisha, y sus otros hijos Seif al-Islam -visto como el sucesor-, el derrochador Hannibal y el “playboy” Saadi.
Saadi, exjefe de la federación libia de futbol, jugó brevemente en el campeonato italiano, antes de que Interpol pidiera su arresto y el de su familia por su papel en la represión de 2011.
Fue contratado en el club de Perugia en 2003, por pedido de Silvio Berlusconi, que mantenía estrechos vínculos con Libia.
De nivel mediocre y suspendido durante tres meses por dopaje, el hijo de Gadafi jugó muy poco y su mayor hazaña fue estar 15 minutos en el campo contra la Juventus en 2004.
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CAB