La noticia sobre la liberación de Joaquín Guzmán López, hijo del conocido narcotraficante El Chapo Guzmán, ha impactado tanto el mundo del narcotráfico como la política internacional.
El apodado “El Güero” fue liberado tras un acuerdo negociado entre Los Chapitos, el grupo que él y su hermano Ovidio Guzmán encabezan, y las autoridades estadounidenses.
Este acontecimiento ha causado un gran revuelo, no solo por el efecto que tiene en la estructura del Cártel de Sinaloa, sino también por las implicaciones legales y políticas de este tipo de acuerdos con figuras de alto perfil en el narcotráfico. Mientras tanto, Ovidio Guzmán, apodado “El Ratón”, permanece en prisión a la espera de nuevas audiencias.
El acuerdo que facilitó la liberación de Joaquín Guzmán López fue fruto de extensas negociaciones entre Los Chapitos y el gobierno de Estados Unidos. De acuerdo con fuentes cercanas al caso, tanto Joaquín como Ovidio aceptaron declararse culpables y colaborar con las autoridades estadounidenses, lo que permitiría la reducción de sus respectivas sentencias.
La situación de Ovidio, sin embargo, sigue siendo complicada, ya que su arresto en diciembre de 2022 en Culiacán, Sinaloa, ha generado una intensa controversia. A pesar de su colaboración con las autoridades, todavía debe enfrentar varias audiencias que determinarán su futuro.
Uno de los aspectos más sorprendentes de este acuerdo ha sido la participación de Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa. Joaquín Guzmán López desempeñó un papel crucial en la entrega de Zambada a las autoridades estadounidenses, en un operativo que incluyó su secuestro en México y su traslado forzado a Nuevo México.
Este acto es percibido como una traición dentro del cártel, lo que ha incrementado las tensiones entre las distintas facciones del grupo. La captura de El Mayo no solo socava la estructura de liderazgo del cártel, sino que también fortalece la posición de Los Chapitos dentro de la organización.
La liberación de Joaquín Guzmán López resalta la complejidad de las relaciones entre los cárteles de la droga y los gobiernos. En este caso, el gobierno de Estados Unidos ha logrado establecer un acuerdo que beneficia a ambas partes: Los Chapitos obtienen una reducción en las sentencias de sus líderes, mientras que las autoridades estadounidenses acceden a información valiosa para combatir el narcotráfico.
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Mientras Joaquín Guzmán López ha sido liberado, la situación de Ovidio Guzmán sigue siendo precaria. En los próximos días, Ovidio comparecerá ante la jueza a cargo de su caso, lo que podría significar un cambio significativo en su situación legal.
Las autoridades estadounidenses han dejado en claro que cualquier reducción en la sentencia de Ovidio dependerá de su cooperación continua. Por el momento, permanece recluido en un centro penitenciario desde su captura en febrero de 2023, y su futuro sigue siendo incierto.
La liberación de Joaquín Guzmán López es solo un elemento en un juego mucho más amplio. Las negociaciones entre Los Chapitos y las autoridades estadounidenses continuarán influyendo en la lucha contra el narcotráfico, pero también plantean interrogantes sobre la eficacia y las repercusiones de estos acuerdos.
El futuro de Ovidio Guzmán y la reestructuración interna del Cártel de Sinaloa son aspectos que la comunidad internacional estará vigilando de cerca en los próximos meses.