Stalin dio la orden de asesinarlo. Se valió de dos comunistas españoles, Caridad Mercader y Ramón Mercader para llevar a cabo el plan
El 8 de octubre de 1918 León Trotsky logro establecerse como el presidente del Sóviet Militar Revolucionario, la suprema autoridad militar en la Rusia soviética entre 1918 y 1934.
Junto a Vladimir Lenin, fue el principal dirigente de la revolución que trascendió en la historia por ser la representación de las ideas de Marx y Engels; es decir, por haber estado al frente del primer Estado conducido por los trabajadores.
Posterior a su estadía en el poder, y luego del cambio de régimen a manos de Stalin, fue sentenciado a muerte. Debido a esto, se exilió en distintos puntos de Europa y Turquía. Finalmente, en 1934, llegó a México. Lázaro Cárdenas no lo aceptó por sus principios, sino por los propios. Es decir, puso como manifiesto la política cardenista de defensa a las víctimas de guerra.
A su llegada el 9 de enero de 1937, Trotski fue recibido en el puerto de Tampico por Frida Kahlo, esposa de Rivera y transportado hacia la ciudad de México a bordo del tren presidencial.
Vivió en la “Casa Azul”, morada de Frida y Diego en Coyoacán, hasta la ruptura política con este último, que se dio en 1939. En ese año, cambió su residencia a la Calle de Viena. también en Coyoacán, donde vivió hasta el día de su muerte.
En esa casa, Trotski sufrió dos atentados de régimen ruso. El primero de ellos ocurrió en mayo de 1940, pero no tuvo éxito; entre los atacantes se encontraba el pintor David Alfaro Siqueiros. Unos meses más tarde, el 20 de agosto de 1940, ocurrió el otro ataque.
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Stalin dio la orden de asesinar a Trotski. El agente de la NKVD Kótov, encargado de las operaciones contra éste en México, se valió de dos comunistas españoles, Caridad Mercader y Ramón Mercader (madre e hijo), para llevar a cabo el plan.
Ramón Mercader se trasladado a Nueva York y de allí a México con el pasaporte de un brigadista canadiense fallecido, Frank Jackson, en septiembre de 1939.
Aunque la casa en la que vivía Trotski estaba fuertemente custodiada, Mercader logró infiltrarse en su círculo; se ganó la confianza de una de las secretarias de Trotski, Silvia Ageloff; con la que incluso mantuvo un noviazgo formal.
Ramón conoció a Trotski a finales de mayo de 1940 y visitó a la familia en una decena de ocasiones, haciéndose pasar por un simpatizante algo escéptico. A pesar del refuerzo de la seguridad tras el atentado de mayo, el propio Trotski no seguía las normas de seguridad; tanto que permitía a Mercader, que se había ganado la confianza de la familia, penetrar en el complejo residencial sin que se le registrase.
Este descuido le costó la vida. Una tarde, Trotski se encontraba trabajando en su despacho; cuando Mercader solicitó verlo para mostrarle un artículo. Con este pretexto, subió al despacho y, mientras este se hallaba sentado, se acercó a él por la espalda y le clavó en la cabeza un piolet. que extrajo de un bolsillo del abrigo.
Trotski logró derribar a su agresor, salir de la habitación y comunicar a su esposa la identidad del asaltante antes de caer desvanecido. A las pocas horas, cayó en coma y falleció al día siguiente, el 21 de agosto de 1940, en el Puesto Central de Socorros de la Cruz Verde.
A sus exequias, celebradas en la capital mexicana, asistieron cerca de trescientas mil personas, en una ciudad que por aquel entonces contaba con unos cuatro millones de habitantes.
Su asesino fue condenado a diecinueve años de prisión. No obstante, liberado en 1960, la Unión Soviética le otorgó la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.
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CAB