Miles de personas en Nueva Zelanda están manifestando su rechazo a un polémico proyecto de ley que pretende reinterpretar los principios del Tratado de Waitangi, el cual protege a la población indígena maorí.
El jueves, durante la primera lectura de un controvertido proyecto de ley en el Parlamento de Nueva Zelanda, líderes maoríes realizaron una haka, una danza tradicional que representa un “desafío”. Esto ocurrió después de que la legisladora Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, de 22 años, rompiera una copia del proyecto de ley y liderara la haka frente a otros parlamentarios, un acto que rápidamente se volvió viral en las redes sociales.
Y no es para menos. Miles de personas en Nueva Zelanda se unieron a protestas contra un polémico proyecto de ley que pretende reinterpretar los principios del Tratado de Waitangi, un documento clave en la historia del país, firmado hace 184 años. La propuesta, respaldada por el partido ACT Nueva Zelanda, ha generado una profunda división en el debate político y social. El viernes, manifestantes comenzaron una marcha hacia Wellington, la capital, en una caminata de nueve días conocida como hikoi.
La protesta tiene previsto llegar a la capital el martes, mientras que se organizan manifestaciones similares en varias ciudades del país. En Rotorua, cerca de 10,000 personas participaron en una de las mayores concentraciones, según informó la policía local. Los asistentes, entre los que se encontraban líderes indígenas maoríes y sus simpatizantes, ondearon la bandera maorí y cantaron cánticos tradicionales.
El Tratado, firmado en 1840 entre la Corona británica y más de 500 jefes maoríes, es considerado un pilar fundamental en la historia de Nueva Zelanda. Establece principios de gobernanza compartida y ha sido crucial en la formulación de leyes modernas para proteger los derechos de los maoríes, que constituyen alrededor del 20% de la población del país.
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El proyecto de ley propuesto por ACT Nueva Zelanda, un socio menor en la coalición de gobierno de centro-derecha liderada por el Partido Nacional, pretende redefinir los principios del Tratado de Waitangi, argumentando que las políticas actuales favorecen de manera injusta a los maoríes en temas de gobernanza compartida. Según sus defensores, estas medidas perjudican a los ciudadanos no indígenas.
Sin embargo, las comunidades maoríes y sus defensores consideran que el proyecto es un ataque directo a los derechos indígenas consagrados en el tratado y que perpetúa las desigualdades históricas.
El primer ministro Christopher Luxon, del Partido Nacional, reafirmó que su partido no apoyará el avance del proyecto más allá de la primera lectura en el Parlamento. De manera similar, el partido Nueva Zelanda Primero, también miembro de la coalición, manifestó su oposición a la legislación, lo que prácticamente asegura que la iniciativa no se convertirá en ley. Este debate ha incrementado las tensiones entre las comunidades indígenas y el gobierno. Los críticos del proyecto lo consideran un intento de socavar los derechos de los maoríes, mientras que sus defensores sostienen que busca equilibrar el sistema de gobernanza del país.