La divulgadora científica Karla Peregrina ofreció una conferencia en la que hizo un recuento de las mujeres científicas marginadas de la historia
El conocimiento científico ha sido cultivado por las mujeres desde las primeras civilizaciones, cuando los hombres salían a cazar y ellas se encargaban de seleccionar granos, domesticar animales, transformar alimentos y hacer curaciones, señaló la bióloga y divulgadora científica Karla Peregrina, coordinadora de Proyectos, Información y Comunicación Estratégica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Sin embargo, todo cambió cuando la caza fue suplantada por el pastoreo y los hombres establecieron las reglas del ámbito doméstico, arrastrando con esto a las mujeres a la subordinación y confinando su desarrollo a las actividades exclusivas de cuidados.
El interés de las mujeres en la ciencia nunca se interrumpió, a pesar de que históricamente sólo las mujeres de una posición social privilegiada y que eran esposas, hijas o hermanas de hombres poderosos y liberales tuvieron acceso a los medios y facilidades necesarias para realizar su actividad científica.
Una rápida búsqueda en Google del concepto great scientists arroja imágenes de decenas de hombres en los primeros resultados y sólo una o dos mujeres, lo cual sirve para darse una idea de cómo se ha estudiado la historia de la ciencia: excluyendo a las mujeres, resaltó la bióloga.
La lista de mujeres que contribuyeron al desarrollo de la ciencia, compartida por Karla Peregrina, incluye a Hatshepsut, la gobernante egipcia; a Theano, esposa y discípula de Pitágoras; a Aglaonice de Tesalia, Metrodora, a Maria la Hebrea, Hipatia de Alejandría, Trotula de Salerno, Perenelle Flamel, Hildegarda de Bingen, Mary Astell, lady Mary Wortley Montagu, Marie Lavoisier y muchas mujeres más que aportaron conocimientos fundamentales para sentar las bases de la medicina, la astronomía, la química, la física, la biología y la ecología.
Algunas de ellas se disfrazaron de hombres para hacer ciencia, otras tuvieron que dejar de lado la vida de familia, y otras también se vieron estafadas por hombres que borraron sus nombres de los libros o tratados que escribían y que atribuyeron a alguien más, o por verse marginadas como fundadoras científicas en áreas como la médica, donde en los tiempos modernos, esta disciplina ha sido casi exclusiva de la población masculina.
La bióloga hizo un llamado a romper con los paradigmas que alejan a las mujeres de la ciencia para que la niñez en general crezca sabiendo que puede ser lo que cada uno quiera ser, a fin de que todos tengan acceso a las mismas oportunidades, medios y reconocimientos.
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