En la Universidad de Nueva York (NYU) despidieron a un profesor por solicitud de sus propios alumnos, quienes acusaron que éste daba una clase demasiado difícil
La comunidad docente de Nueva York está viviendo días de arduo debate después de que un profesor universitario fuera despedido por las quejas de sus alumnos.
Maitland Jones Jr, titular de química de la Universidad de NY, recibió la notificación de despido después de que 80 de sus 350 estudiantes firmaran una petición tras las bajas notas recibidas.
La decisión del centro de estudios fue poner fin al contrato del profesor, de 84 años y toda una institución en su campo, pese a la opinión contraria de sus colegas del cuerpo docente, que consideran que se crea así un precedente peligroso.
«Esta decisión apunta a una bajada de los estándares de educación», comentaba uno de los profesores firmantes en una misiva de protesta que se ha enviado a la universidad.
Maitland Jones
En el campo de la Química Orgánica, Maitland Jones, hijo, tiene una reputación legendaria. Durante varias décadas fue docente de esa materia, primero en la Universidad Princeton y luego en la de Nueva York, y escribió un destacado libro de texto. Recibió premios a la docencia y un reconocimiento por ser uno de los profesores más excepcionales de la Universidad de Nueva York.
Pero esta primavera, cuando la universidad relajó las restricciones por la pandemia, 82 de sus 350 alumnos firmaron una reclamación en su contra.
Los estudiantes decían que este curso tan importante, famoso por haber destruido el sueño de muchos de ingresar a la facultad de medicina, era demasiado difícil y culpaban a Jones de sus malas calificaciones en los exámenes.
El profesor defendió sus criterios, pero justo antes de iniciar el semestre de otoño, los rectores de la universidad le rescindieron el contrato.
Los rectores también intentaron apaciguar a los alumnos ofreciéndoles revisar sus calificaciones y autorizándoles a darse baja del curso de manera retroactiva. El director del departamento de Química, Mark E. Tuckerman, aseveró que esta propuesta poco común de otorgarles la baja era “una excepción inaudita que el rector de la facultad hacía con estos estudiantes”.
La petición de los estudiantes no sugería el despido del profesor, sino que fue una decisión directa de la institución universitaria.
En el texto, los pupilos le pedían al centro que «se diera cuenta de que una clase con tan alto porcentaje de suspensos y notas bajas se debía a un fracaso docente», por lo que se tomó la decisión de despedir al profesor, en una jugada polémica que ha puesto al descubierto desavenencias entre los miembros de la comunidad universitaria.
Marc A. Walters, director de estudios de licenciatura del departamento de Química, resumió la situación en un correo electrónico dirigido a Jones antes de que lo despidieran.
Mencionó que este plan “les tendería una mano suave, pero firme, a los estudiantes y a quienes pagan la colegiatura”, refiriéndose aparentemente a sus padres.
El manejo que hizo la universidad de la reclamación provocó reacciones encontradas tanto del personal docente de Química, que se opuso a las decisiones, como de los estudiantes que defendían a Jones, quienes enviaron elogiosas cartas de apoyo.
“Es evidente que los rectores quieren que esto concluya y que los estudiantes se queden satisfechos para que hablen muy bien de la universidad, de tal modo que más personas soliciten su ingreso y siga subiendo su posicionamiento en la clasificación de la revista U.S. News”, comentó Paramjit Arora , profesor de Química que ha trabajado mucho con Jones.
Retrospectiva
Jones, de 84 años, es reconocido por cambiar la manera de enseñar la materia. Además de escribir “Química Orgánica”, un libro de texto de 1300 páginas, que ya está en su quinta edición, fue pionero de un método de enseñanza que recurría menos a la memorización a base de repetición y más en la resolución de problemas.
Después de jubilarse de la Universidad de Princeton en 2007, dio clases de Química Orgánica en la Universidad de Nueva York con una serie de contratos anuales. Comentó en una entrevista que, hace más o menos una década, observó una pérdida de la concentración entre los alumnos, aun cuando cada vez más se inscribían a su curso con la idea de cursar estudios de medicina.
Con el fin de aminorar la zozobra de la pandemia, Jones y otros dos profesores grabaron 52 clases de Química Orgánica. Jones explicó que él pagó de su bolsillo más de 5000 dólares para los videos y que la universidad los sigue usando.
Eso no fue suficiente. En 2020, aproximadamente 30 de 475 alumnos hicieron una solicitud para obtener más ayuda, afirmó Arora, quien, junto con Jones, le daba clases a ese grupo. “En verdad estaban teniendo problemas”, afirmó. “No contaban con una buena señal de internet en casa y todo tipo de cosas”.
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CAB