La unidad de MORENA, ¿dudará mucho? u ¿ocurrirá, tal como ha sucedido con el resto de los partidos?
La unidad característica del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) está próxima a sufrir cambios. En efecto, cuando muchos de sus líderes llegaron al poder, con la cotidianidad de las acciones de gobierno, un cúmulo de opiniones e intereses personales se anteponen al interés colectivo; tal cual ocurre con cualquier organización.
Debido a los recientes acontecimientos, principalmente los relacionado con las declaraciones de la propia secretaria general de MORENA, Yeidckol Polevnsky, acerca de que “PRIMOR se escucha mejor que PRIAN”; fue un hecho que llamó la atención de la opinión pública y personajes políticos acerca de la probable alianza con una fuerza en teoría antagonista. Ante esto, las reacciones de los líderes políticos fueron inmediatas. Claudia Ruiz Massieu, presidenta del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), respondió que el “PRIMOR” de Yeidckol es imposible y desmintió la supuesta alianza.
Por su parte, el presidente de la Junta de Coordinación Política de MORENA en el Senado de la República, Ricardo Monreal, declaró que la alianza PRI-MORENA no es necesaria, ya que, con sus aliados de confianza, como el Partido del Trabajo (PT), es suficiente para promover la agenda pública. Sin embargo, otorgó respeto al comunicado de la dirigente y manifestó no entrometerse en asuntos que no son de su competencia; por lo que, a decir verdad, se trató de una declaración sin mucha fuerza.
Hay que recordar que Ricardo, estuvo en la mayoría de los partidos políticos y que resultó electo para diferentes cargos públicos. Se trata de un individuo con mucha experiencia y astucia, por lo cual, no me sorprendería que en un momento dado, él mismo pueda llegar a aceptar una alianza de tal estilo. El problema de esto es la forma en la cual lo asimilarán los militantes de MORENA que únicamente han estado en ese partido. Seguramente, crearía desconfianza e inconformidades por la planeación de las siguientes elecciones y la distribución de los cargos públicos a ocupar. Pudiendo ocasionar la salida de varios de sus miembros.
Es importante mencionar que la atención del partido MORENA estará puesta en la elección extraordinaria que se llevará a cabo en el estado de Puebla. La fragmentación morenista ya se está notando, pues los tres posibles personajes para ser designados como candidato oficial a la gubernatura, me refiero al Alejandro Armenta, a Nancy de la Sierra, y a Luis Miguel Barbosa, están llevando a cabo una auténtica guerra mediática para beneficiarse y resultar seleccionados.
Adicionalmente, en el Congreso Local, también existe una muy clara división entre miembros de MORENA. La principal, que ha llamado más la atención, es la fricción entre el Diputado José Juan Espinosa, y el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Gabriel Biestro, cuando este último, siendo Diputado, pretendía ser nombrado Gobernador Interino de la entidad poblana.
En resumen, se puede apreciar que varios personajes están disputando un conflicto que va creciendo y que tiene que ver con opiniones e intereses contrapuestos. En efecto, cuando un partido político deja de ser oposición y se convierte en la principal fuerza política, como es el caso de MORENA; se puede afirmar que muchos de los funcionarios públicos en cargos de poder, priorizarán su posicionamiento sobre el bien colectivo.
Así funciona la política mexicana, muchos de nuestros actuales representantes tienen un pasado priista. Que no nos sorprenda si en poco tiempo, presenciamos alianzas como un PRI-MORENA o con cualquier otro grupo. La verdad es que, a la clase política en general, sólo le interesa una cosa: ganar para acceder al poder.
Los ciudadanos deben entender que el fin de cada partido político, es tener acceso al poder. Inclusive, algo tan importante y primordial como la ideología, queda bajo la sombra de los intereses relacionados con la obtención de cargos públicos de alta jerarquía. De ahí surgen las incongruencias, las dudas y la falta de confianza. Recordemos que ha cambiado el partido en el gobierno, pero no la clase política. De seguir así, veremos casos similares a los del pasado. MORENA debe entender el mensaje que los ciudadanos manifestaron en las urnas durante las elecciones federales más recientes. La mayoría está harto de las viejas prácticas ineficientes. A propósito, hay que decir que el PRI fue uno de sus principales autores.
Por último, el llamado efecto AMLO aun está dando frutos. Los programas sociales que el Presidente de la República ha anunciado, seguramente crearán cariño y cercanía con la población, pero esto no durará para siempre. La dirigencia nacional debe fomentar la unidad y los principios rectores del partido. Debe ser responsable e inteligente en su toma de decisiones. Quizá, va llegando el momento de preguntarse acerca de la continuidad de Yeidckol como máxima responsable del partido hegemónico nacional.
Por Héctor Hernández Álvarez.
@Hector_HHA1
hector.hernandezaz@udlap.mx