San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores que sus devotos aseguran les concede
Judas Tadeo fue uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, que formaba parte del grupo de «los doce» apóstoles. Se le menciona en los Evangelios como “hermano de Jesús”, aunque en realidad era su primo por ser hijo de María de Cleofás, pariente de la Virgen María.
También se le llama simplemente “Tadeo”, o “Judas de Santiago”, aunque la identificación entre “Tadeo” y “Judas de Santiago” es discutida por los especialistas.
En todos los casos, parece existir la tendencia de acompañar el nombre de «Judas» con alguna especificación, quizá por la preocupación de los escritores de aquellos textos por diferenciar a Judas Tadeo de Judas Iscariote, el apóstol a quien se atribuye haber traicionado a Jesús.
Junto con Simón el Cananeo, era uno de los apóstoles considerados como más judaizantes dentro del grupo de “los Doce” y se le suele representar con un medallón en el pecho que tiene el rostro de Cristo.
Esto se debe solo al parecido físico que guardaban, sino también al espiritual. Además, lleva una llama de fuego en la cabeza porque recibió al Espíritu Santo en Pentecostés.
En otras representaciones aparece portando una Biblia, en referencia al libro que lleva su nombre, y en su mano sostiene un hacha, que hace alusión a su martirio, o un bastón como símbolo de las grandes distancias que recorrió mientras predicaba.
San Judas Tadeo predicó primero en Judea, luego pasó a Mesopotamia y finalmente en Persia. Allí se reunió con el apóstol San Simón y juntos combatieron las herejías de Zaroes y Arfexat, dos sacerdotes paganos que levantaron al pueblo contra las obras de los apóstoles.
Judas Tadeo y Simón recibieron juntos la corona del martirio y por eso la Iglesia los celebra el 28 de octubre.
Ambos murieron mártires en la ciudad de Suanir, linchados por la multitud pagana. Antes de morir, San Judas miró a San Simón y diciéndole que podía ver al Señor que los llamaba hacia Él.
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San Simón murió al ser cortado su cuerpo en dos y San Judas Tadeo porque le cortaron la cabeza con un hacha. Sus reliquias se encuentran en un altar de la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
Santa Brígida de Suecia, mística y patrona de Europa, escribió que un día Jesús le recomendó que cuando quisiera obtener ciertos favores, los pidiera por medio de San Judas Tadeo. Por esta razón es considerado patrono de las causas imposibles y comparte este patronazgo con Santa Rita de Cascia.
Así, debido a que por el nombre de Judas se le achacó una mala fama, por mucho tiempo fue visto como el “apóstol olvidado” que, algunos feligreses, al ser visto como el santo al que nadie le pedía, comenzaron a hacerle sus peticiones, calculando que tenía pocos asuntos que atender; y por ende, se le achacaron las causas perdidas o difíciles.
Además, durante la Gran depresión de 1929, los migrantes europeos en Estados Unidos lo llamaron el “santo de las causas difíciles“.
En el caso de México, su devoción está muy extendida principalmente entre los estratos más pobres la capital, que cada 28 de octubre (y los días 28 de cada mes) acuden al templo de San Hipólito, ubicado en el Centro Histórico.
Por último, las autoridades eclesiásticas insisten en no hacer caso de las polémicas cadenas de oración que con frecuencia circulan en redes sociales sobre una supuesta “Novena Milagrosa a San Judas Tadeo” que exige que se comparta el contenido a un número determinado de personas, para en cierto lapso obtener bendiciones, amenazando con supuestos males a quienes la rompan su circulación.
IPR
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