La terapia de abrazar a un árbol para relajar a las personas y reconectarlas con la naturaleza ha causado importantes daños en los árboles del Monte Cabezón
La constante afluencia de visitantes que pretenden abrazar a los árboles como una forma de terapia ha generado daños en la vegetación del Monte Cabezón en Cantabria, España.
El Monte Cabezón, reconocido por sus impresionantes árboles secuoyas, se ha convertido en un atractivo turístico que recibe miles de visitantes cada semana, quienes asisten para hacer la terapia antiestrés de abrazar troncos. Sin embargo, esta creciente popularidad ha llevado al ayuntamiento a tomar medidas para proteger los árboles que están mostrando signos de deterioro debido a la interacción con los visitantes.
Te puede interesar: Los árboles del Amazonas están amenazados por el cambio climático
La ‘terapia antiestrés’ de abrazar un árbol promete relajar a quien la práctica y reconectarlo con la naturaleza.
El alcalde de Cabezón de la Sal, Óscar López, expresó su preocupación por el daño que los árboles están recibiendo, en especial la erosión de las raíces debido a la presión de las pisadas ha dejado muchas de ellas expuestas y vulnerables.
“Se están debilitando los árboles porque la gente que viene se abraza a los árboles, se degrada la corteza, incluso alguno se lleva trozos de corteza de recuerdo”, dijo el alcalde.
Ante esta situación, las autoridades están evaluando medidas para abordar la masificación de visitantes. Aunque actualmente no existe una prohibición explícita de tocar los árboles, se insta encarecidamente a los visitantes a no hacerlo.
El alcalde López enfatizó que sin una supervisión adecuada, una prohibición no garantiza que los abrazos de árboles se detengan por completo.
Entre las soluciones propuestas se encuentra la instalación de pasarelas para proteger las raíces y evitar el pisoteo directo, así como la regulación de los accesos al monumento.
“A lo mejor visitas guiadas, con reserva, para visitar de manera controlada”, sugiere López, quien también menciona la posibilidad de establecer un ticket de entrada para financiar la vigilancia tanto diurna como nocturna.
El alcalde aclaró que estas medidas no buscan obtener beneficios económicos, sino proteger el parque y garantizar la supervivencia de las majestuosas secuoyas del Monte Cabezón.
Estos árboles, que no son autóctonos de España y fueron plantados en 1940 con fines madereros, se han convertido en un patrimonio natural valioso y un atractivo turístico en la región.