Aunque la pandemia dejó sin escuela a unos 166 millones de estudiantes en Latinoamérica, esto no significo que todos se quedaran sin clases
¿Será que la pandemia en materia educativa nos agarro con los dedos en la puerta? Empecemos por las cifras, según el Banco Mundial, Latinoamérica cuenta con una pobreza de aprendizaje, pues a los 10 años, una gran mayoría no es capaz de comprender un relato simple o leer con fluidez.
Además, datos de la prueba PISA revela que un estudiante de 15 años en América Latina muestra un rezago de 3 años en lectura, matemáticas y ciencia con respecto a los países de la OCDE.
Sin embargo, y a pesar de que la pandemia de coronavirus dejó sin colegios a unos 166 millones de estudiantes en Latinoamérica, esto no significo que todos se quedaran sin clases.
Ya que tanto instituciones, profesores, alumnos y padres demostraron su compromiso con el conocimiento y han probado que la escuela va más allá de un edificio.
Con clases en línea, por televisión, vía correo electrónico o en plataformas creadas exclusivamente para la crisis, millones de personas nos estamos enfrentando a esta nueva situación.
En donde lo primero que nos ha quedado claro es que la educación es un trabajo en equipo conformado por estudiantes, padres y profesores. Una prueba que muchos han pasado con honores y otros reprobado estrepitosamente.
Y es que para muchos papás, su labor terminaba al momento en que dejaban a los niños en la escuela, en donde asumían serían cargados de conocimientos.
En un lugar donde también los maestros creían que ellos se encargaría sólo de la instrucción académica con infantes que ya vendrían educados desde casa.
¿La pandemia nos agarró con los dedos en la puerta?
— imagenzea (@imagenZea) April 28, 2020
El #Covid19 ha demostrado que las escuelas van más allá de un edificio y nos enseñó que la educación es un trabajo en equipo #SéFuerteMéxico #QuédateEnCasa#AbreLosOjos @FranciscoZea @ElOpinadorTV por @ImagenTVMex pic.twitter.com/EeAEirE3Nb
Al final y con estas nuevas dinámicas nos damos cuenta que si alguno de los 3 pilares no está conectado tenemos como resultado: maestros que se sienten calificados por los padres en las clases en línea. Padres frustrados o rebasados por el comportamiento de sus hijos y porque ya ni se acuerdan de la mitad de las materias que ahora están viendo sus críos.
Y niños trabajando en una pantalla al mismo ritmo que una clase presencial, con decenas de tareas y poco tiempo para comprender o preguntar
Si a esto le sumamos que a veces la SEP programa los contenidos con base en lo que se supone deberían estarse viendo según el programa, tenemos como resultado que el deber ser no concuerda con la realidad. Y todo esto asumiendo que la señal de tele no se caiga, el internet no se desconecte y haya al menos una computadora en casa.
Entonces ¿lo estamos haciendo mal? para nada. Al contrario, se está aprendiendo bajo la marcha, pero con grandes logros que presumir. De hecho México junto con Uruguay, Colombia y Chile se han convertido en los países con mejores estrategias educativas durante la pandemia. En un trabajo perfectible, pero que sigue abriéndose camino con la bandera del conocimiento.
Contenido relacionado
Museos, libros, experimentos y más para niños durante la cuarentena