Las fuerzas de seguridad venezolanas han ejercido una fuerza excesiva para reprimir las protestas, causando la muerte a decenas de personas y arrestando arbitrariamente a 5.000 individuos desde abril, incluyendo 1.000 que siguen detenidos, dijo el martes la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En conclusiones preliminares basadas en 135 entrevistas realizadas de forma remota y en Panamá, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo que investigó 124 muertes y que 46 fueron atribuidas a las fuerzas de seguridad y 27 a grupos armados progubernamentales, mientras que la causa del resto no está clara.
“Nos preocupa que la situación en Venezuela esté empeorando y que estas violaciones a los derechos humanos no muestren señales de disminuir, así que estamos preocupados por la dirección en la que se dirige”, dijo la portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani, en una rueda de prensa en Ginebra.
Shamdasani agregó que en “casi todos los casos” investigados por los expertos se registró el uso de tratos crueles a los detenidos “que pueden considerarse como tortura”.
Entre los métodos denunciados por los testigos figuran choques eléctricos; golpizas con cascos y porras mientras los detenidos estaban esposados; la práctica de colgar a los reos de las muñecas durante periodos prolongados; asfixiarlos con gases; y amenazarlos con la muerte -y en algunos casos con violencia sexual- a ellos y a sus familiares.
Esos abusos ocurren “en plena ruptura del Estado de Derecho en Venezuela, con ataques constantes del Gobierno a la Asamblea Nacional y a la Oficina de la Fiscal General”, agregó Zeid, que denunció la destitución de Luisa Ortega y pidió medidas de protección para la exfiscal.