La Liga Comunista 23 de septiembre quedó como un capítulo en la historia de México, que hasta la fecha divide opiniones por el rastro de muerte que dejó
En la última semana hemos escuchado hablar mucho sobre la Liga Comunista 23 de septiembre. Ya sea por el escándalo en el que se vio involucrado el ex titular del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, Pedro Salmerón Sanginés, o por la disculpa pública que el Estado Mexicano ofreciera a una de sus exintegrantes, por haber sido víctima de tortura durante la Guerra Sucia.
Pero, a todo esto, ¿Qué fue precisamente la Liga comunista 23 de septiembre? ¿Cómo surge y qué papel desarrolló en la historia de México?
Como tal, podemos definirla como una organización clandestina político militar de corte marxista que se mantuvo activa durante la década de 1970, durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, luchando por la creación tanto de un partido como de un ejército revolucionario, que diera el poder al proletariado.
Fundada el 15 de marzo de 1973 en Guadalajara, Jalisco, como propuesta de Ignacio Arturo Salas Obregón “Oseas”, la Liga Comunista 23 de septiembre unificaba a todas las organizaciones revolucionarias de la época, afines a las ideologías socialistas y comunistas.
¿Qué organizaciones? El Frente Estudiantil Revolucionario, los Procesos de Monterrey, el Movimiento Estudiantil Profesional, los Enfermos de Sinaloa, el Comando Lacandones, Los Guajiros, el Grupo 23 de septiembre, Los Macías, el Grupo Oaxaca y una fracción del Movimiento de Acción Revolucionaria.
Entre los eventos por los que dejó huella en la historia de México, sin duda está el trágico episodio del intento de secuestro y asesinato del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada el 17 de septiembre de 1973, seis meses después de su fundación.
Si bien los mismos guerrilleros admitieron que este suceso fue un error, pues su plan original era mantener oculto a Garza Sada para negociar su libertad, a cambio de 5 millones de pesos y la liberación de una lista de presos de su movimiento, este hecho fue la punta de lanza para que el gobierno mexicano emprendiera una cacería en su contra. Periodo que se conoció como la Guerra Sucia y en el que también se realizaron asesinatos, tortura y desapariciones forzadas.
Tras la muerte del presidente del Grupo Monterrey, casi un mes después, la Liga 23 de septiembre efectuó en Guadalajara el secuestro del cónsul británico, Duncan Williams y del empresario Fernando Aranguren que, ante la negativa de las autoridades por negociar, terminó en la muerte del mexicano y la liberación del diplomático.
Esto, como parte de su estrategia político-militar que incluía huelga económica, huelga política, combate callejero (asaltos) y una guerra de guerrillas; en un primer momento en Jalisco, Nuevo León, el Distrito Federal y Sinaloa, para después tener presencia en otras entidades del país como Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Tabasco, Veracruz.
La Liga Comunista 23 de septiembre y su órgano central, el Periódico Madera, toman su nombre a manera de tributo a quienes trataron de tomar un cuartel militar en la sierra de Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965, emulando el asalto al Cuartel Moncada en 1953.
Pero, esta serie de asesinatos no solo sentó un mal precedente ante la opinión pública hacia su movimiento, sino que también tensó la relación del sector empresarial con Echeverría y su creciente intervención en el sector productivo.
Finalmente, después de una feroz persecución y una larga serie de hechos delictivos, -cometido en pos de un ideal político-, para 1982, la mayoría de sus integrantes estaban presos, muertos o desaparecidos, y la Liga Comunista 23 de septiembre termina de disolverse en 1983, quedando como un capítulo en la historia de México, que hasta la fecha genera opiniones por el rastro de muerte que sin duda dejó con sus actividades, poniendo sobre la mesa el cuestionamiento de si el fin justifica los medios.
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