Esto de manera oficial, pues las prácticas de la Inquisición llegaron junto con los españoles, aunque los tribunales ejerzores se establecieron años después
Las Inquisición, también conocida cono Santa inquisición o Santo Oficio, fue una práctica católica que se extendió por varios años en Europa, cuando España colonizó América no dudo en traerla como parte de sus costumbres.
Si bien es cierto que las prácticas inquisitorias fueron casi inherentes a la conquista, éstas no estaban reguladas por tribunales como ocurría en Europa.
La llegada de los tribunales, y con ellos la entrada “oficial” del Santo Oficio a las colonias españolas en América, se dio el 16 de agosto de 1570, ese año se establecieron dos tribunales: el de México y el de Lima, hasta 1610 se estableció el de Cartagena.
La Inquisición
Fueron varias las institucionesque se dedicaron a la supresión de la herejía, la cual muchas veces se castigaba con la pena de muerte y de esta se derivan todas las demás.
La Inquisición medieval se fundó en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir la herejía de los cátaros o albigenses. En 1249 se implantó también en el reino de Aragón, siendo la primera Inquisición estatal; y en la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, se extendió a esta con el nombre de Inquisición española, bajo auspicio de la monarquía hispánica.
Sus víctimas eran seres humanos, e incluso animales, acusados de brujería, o de homosexualidad; de blasfemar, de practicar bestialismo, de herejía (cristianos que niegan algunos de los dogmas instituidos por la Iglesia romana) y de judaizar en secreto.
Además el Santo Oficio torturaba a sus víctimas para hacerlos confesar, una vez que obtenían la confesión, procedían a dar sentencia, que generalmente era la muerte.
La pena de muerte se ejecutaba mediante golpizas con garrote, la horca, o en la hoguera, donde los acusados morían quemados.
El Santo Oficio en América tuvo un accionar menos cruento que en España, aplicando la pena de muerte en menos ocasiones, en los hechos, sólo se aplicó a casos extremos de faltas contra la Iglesia y el Estado.
Fue más una policía política que una policía de la vida cotidiana. Las autoridades civiles y eclesiásticas ordinarias limitaron en la práctica muchas de las atribuciones del Santo Oficio, el cual, a su vez, encontró en las acusaciones que no concluían en sentencia una fuente de enriquecimiento.
Es posible que el Tribunal haya sido odiado por el pueblo más por su presencia prepotente que por su efectivo rigor en la represión de las costumbres.
Respecto de la población indígena, la Inquisición fue excluida en las primeras décadas del siglo XVI de abrir juicios contra ella por idolatría o brujería, por el criterio imperial español de considerarse a los indígenas -más que herejes- neófitos en el cristianismo.
Hubo algunos procesos que contienen acusaciones contra españoles relacionadas con malos tratos a sus encomendados, siempre que contuvieran un trasfondo religioso doctrinal.
España, y sus respectivas colonias americanas, fue la última nación en abandonar la Inquisición.
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