Ante la impune y vergonzosa agresión de los normalistas de Ayotzinapa de la Normal Rural “Isidro Burgos” al cuartel del 27 Batallón de Infantería en Iguala, Guerrero, el 20 de septiembre de 2018 y cinco días más tarde al cuartel de la 35 Zona en Chilpancingo, no queda más que preguntarnos como sociedad, cuáles son los intereses para seguir engañando y aprovechándose del dolor ajeno de quienes perdieron a sus hijos que estaban en el camino de la búsqueda de la superación.
Es indignante lo que vemos en los medios de comunicación, donde se aprecia que los padres y alumnos continúan siendo engañados y utilizados por agitadores sociales con fines mezquinos, económicos o políticos, dañando instalaciones oficiales, que no únicamente afectan al soldado y a la institución, sino a esposas, hijos y padres, que viven en el interior del cuartel, abusando de que los soldados son respetuosos de los Derechos Humanos y lo que menos quieren es caer en el juego de provocación de estos agitadores sin escrúpulos.
A los militares se les acusa sin una sola prueba, de haber participado en la desaparición de los 43 alumnos; estos soldados ya fueron investigados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes y la Procuraduría General de la República, sin que se haya demostrado alguna responsabilidad, no existe
ninguna prueba, por lo que resultan sospechosas este tipo de agresiones. ¿Qué buscan? ¿Qué quieren? ¿Por qué tratar de incriminar a una Institución que nada tiene que ver en los lamentables hechos?.
Si alguien tiene pruebas que las haga llegar ante la autoridad encargada, de lo contrario, solamente dan falsas esperanzas a los familiares de los jóvenes desaparecidos, que a la larga lucran con el dolor ajeno.
Lo que también es verdaderamente criminal, es que los voceros y asesores legales del movimiento estudiantil, trafiquen con el dolor de los padres, eso sí es un acto deleznable, una acción que ha sido adoptada como “modus vivendi” o “modus operandi” por los agitadores sociales.
A todo el pueblo de México nos duele lo que pasó, es muy triste y lamentable, pero sin duda, atrás de todo este reclamo hacia el Ejército existen otros intereses, oscuros y mal intencionados ¿incriminar al Ejército le dará mayor impacto social y mediático a su movimiento? Esperemos que se forme la Comisión de la Verdad, que cuando saque a la luz el resultado final y se demuestre lo que ya todos sabemos, en un acto de civilidad y valor, frente a esas instalaciones, realicen un acto de disculpa pública por los argumentos, señalamientos infundados y agresiones a los militares. Esperaremos con ansia esa disculpa pública.
El Presidente Electo, tendrá una tarea difícil para esclarecer este caso; beneficia la creación de una Comisión de la Verdad para que se conozca la realidad de los hechos; estoy seguro que la verdad podrá salir a la luz. Nunca los he escuchado hablar de las conversaciones telefónicas en poder de la DEA ¿Por
qué?
¿Hasta cuándo terminará esta situación? ¿A quién le conviene que no se esclarezcan los hechos?
Qué vergonzoso, triste e indignante espectáculo nos ofrecieron los estudiantes de Ayotzinapa y sus promotores. Una verdadera lástima.