A la policía municipal es a las que menos atención se le presta y a la que menos se les invierte
El país está sumido en una severa crisis de inseguridad, producto de la irresponsabilidad de las administraciones anteriores, quienes hicieron muy poco para solucionar el problema. Frente a esta situación —recordemos que venimos del trimestre más violento del que se tenga registro—, el presidente López Obrador decidió impulsar la Guardia Nacional (GN). Este nuevo cuerpo de seguridad intermedia fue producto del diálogo y la disposición de todas las partes involucradas (gobierno, partidos de oposición y sociedad civil), para alcanzar acuerdos y, al final, fue aprobada por un consenso histórico en las dos Cámaras.
Para llegar a este acuerdo se escuchó a los académicos y especialistas en los foros que organizó el Poder Legislativo, tanto en las audiencias públicas en la Cámara de Diputados, como en el parlamento abierto que realizó el Senado de la República. A diferencia de lo que muchos opinaban, no se trató de una simulación, sino de un verdadero diálogo, en donde todos fueron escuchados. Justo en las audiencias públicas se habló mucho del papel de las policías locales, de la imperativa necesidad de fortalecerlas por ser el eslabón más importante del sistema de seguridad de nuestro país, ya que —salvo honrosas excepciones— están totalmente descuidadas, lo que las convierte en blanco fácil para la corrupción y el crimen organizado.
A las policías locales es a las que menos atención se les presta y a las que menos se les invierte. Eso se refleja en la condición de las mismas, la cual es lamentable. De acuerdo con datos de la Enecap, del Inegi, los policías estatales y municipales, en promedio, laboran 69.9 horas a la semana, 27.9% tiene una actividad laboral alterna para completar sus ingresos, 86.4% tiene que comprar por su propia cuenta equipo de apoyo o protección para desempeñar sus funciones, incluido el uniforme (34.9%) y las municiones (4.7%). ¿Cómo garantizar un buen desempeño de su labor si presentan estas condiciones?
Hay consenso entre los analistas de que se deben construir mejores policías, pero se ha dejado fuera del análisis el papel que han desempeñado los gobiernos locales. Por ello, de la misma manera que se hizo con la Guardia Nacional, es necesario contar con los mejores elementos y los más capacitados, especialmente en el ámbito municipal, porque son los más cercanos a la ciudadanía. Que cuenten con un sueldo digno, a la altura del trabajo que desempeñan, con horarios establecidos y con el equipo necesario que les permita desempeñar, con honor y actitud de servicio, su labor, con seguridad social para ellos y sus familias. En resumidas cuentas, una guardia municipal que esté bien capacitada, con un adiestramiento y organización militar y que incorpore herramientas tecnológicas para ser un cuerpo de seguridad de élite.
El fortalecimiento de la seguridad debe ser un compromiso de todos. El gobierno federal está haciendo un gran esfuerzo con la creación de la Guardia Nacional y atendiendo el problema todos los días. El Presidente se reúne cada mañana con su gabinete de seguridad para discutir lo acontecido el día anterior y se toman las decisiones conjuntas. Pero hace falta más compromiso de los gobiernos estatales y municipales para tomar el toro por los cuernos y también dar soluciones en sus lugares, a la par de mejorar las condiciones de sus policías. Recordemos que una mayor formación de los policías se traduce en un mejor desempeño de su labor.
Por Arturo Ávila Anaya
*Experto en seguridad nacional
DATA
La debilidad de las policías las ha convertido en las más desprestigiadas y las que tienen la peor evaluación por parte de la población. De acuerdo con la ENSU del primer trimestre de 2019, el 60.3% de la población cree que el desempeño de las policías municipales ha sido poco o nada efectivo.
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