El caso de Luciana no es el único, pero los padres se oponen a denunciarlo por temor a represalias en la atención de sus hijos
A sus apenas dos años de edad a Luciana le detectaron leucemia linfoblástica aguda, y aunque su tratamiento lo inició en febrero de este año en la clínica 36 del IMSS en Coatzacoalcos, Veracruz, cuando le tocaba su primera quimioterapia en julio, no había uno de los medicamentos.
“Luciana fue diagnosticada desde el 7 de febrero, ha llevado prácticamente 6 meses en tratamiento, hasta el 10 de julio no habíamos tenido ningún problema de medicamentos, hasta ese dia que le tocó a ella la quimioterapia que se llama L asparaginasa, la hemos solicitado en abastos, pero hasta el día de hoy no hemos obtenido respuesta”, relata la señora, Reyna Lugo, mamá de la pequeña.
Con ayuda de una asociación civil, sus padres pudieron comprar 2 frascos, sin embargo, necesitarán 1 por cada quimioterapia y apenas lleva 2 de 120. El problema es que comprarla para ellos es imposible, porque un solo medicamento cuesta dos mil 200 pesos.
Además, tienen que pagar transporte cada ocho días que le toca la quimioterapia, porque ellos viven en Acayucan, a una hora de Coatzacoalcos o cuando los mandan a Orizaba, a tres horas.
“Desesperado por la situación que estamos pasando y gracias la gente que hemos juntado con lo poquito que nos han ayudado, hemos salidos con los medicamentos”, asegura sentirse el señor Marcelino Vázquez, papá de Luciana.
En Veracruz, el desabasto de medicamentos deja sin tratamiento contra el cáncer a la pequeña Luciana… #AbreLosOjos @enriquereporte por @ImagenTVMex pic.twitter.com/6DH2II9MtS
— imagenzea (@imagenZea) August 13, 2020
Sin embargo, lo más apremiante para los padres de esta pequeñita, es que no hay ningún otro medicamento que pueda sustituir a la “L asparaginasa” y no aplicarlo puede provocar una recaída o hasta la muerte.
“No quiero que mi hija ni las niñas que convivimos a diario aquí en esta situación, pierdan la batalla por lo mismo, ellos luchan todos los días, como luchan los guerreros, yo siempre he dicho uno como mamá, ellos soportan un dolor porque todos los días las tienen que picar como para que ahorita por falta de medicamentos todo se vaya abajo, la falta de medicamentos puede concluir en una recaída”, implora Reyna Lugo.
El caso de Luciana no es el único, hay muchos más con la misma situación en la clínica del IMSS, pero los padres se oponen a denunciarlo por temor a represalias en la atención de sus hijos.
Con información de Tamara Corro
IPR
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