En México ya tenemos experiencia en aplicar la distancia social, así logramos frenar la curva de contagio de la Influenza AH1N1 en 2009
La distancia social es una de las herramientas más útiles de la salud, y aunque en los últimos días la hemos escuchado mencionar mucho por la pandemia de coronavirus Covid-19 que azota al mundo, la verdad es que la hemos aplicado desde siempre.
Así es. ¿Cuántos no preferimos alejamos de quienes nos rodean cuando tenemos un resfriado o infección respiratoria muy fuerte? Ya sea delimitando un cerco de seguridad o recluyéndonos en nuestra casa, hasta que pase la enfermedad.
A nivel de salud pública, es implementado por los funcionarios en la materia como medida para disminuir la propagación de una enfermedad en la que los patógenos se trasmiten de persona a persona.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos definen la distancia social en el hecho de evitar las multitudes, manteniendo una distancia de al menos dos metros con relación a otras personas.
Este es el motivo por el que se ha decidido cerrar centros de espectáculos, museos, escuelas, algunos parques, oficinas o cualquier espacio en el que se pudiera generar aglomeración. En el caso de las compras de suministros, se sugiere hacer los pedidos por internet o acudir a las tiendas en horarios poco concurridos.
A la hora de estar en casa, también hay que implementar una serie de cambios en la dinámica familiar, pues la distancia social también implica no tocar a otras personas.
Así es, desde besos, abrazos hasta saludar de mano, pues el contacto físico es la forma más fácil de expandir una enfermedad como el coronavirus Covid-19, al ser la principal vía de contagio.
En México ya tenemos experiencia en aplicar la distancia social. En 2009 fue una de las principales maneras de frenar la curva de expansión de la Influenza AH1N1 que si bien no tuvo origen aquí, sí se volvió epidemia en el territorio en la primavera de aquel año, extendiéndose a otras partes del mundo.
Y si bien no se previenen totalmente los contagios al grado de erradicar una enfermedad, la contribución que cada uno de nosotros hace se refleja a nivel masivo, ya que permite que un padecimiento se mantenga en un nivel en el que sea posible para el sistema de salud atenderlo y no causar un colapso, como ya sucede en Italia con la pandemia por Covid-19, en donde las muertes ya han sobrepasado a las registradas en China, epicentro del brote.
Por eso es que a partir del lunes 23 de marzo comenzará la Jornada Nacional de Sana Distancia, justo cuando se espera un importante incremento en la curva de contagios en el país. Hecho por el que es muy importante que entre todos cooperemos con la denominada auto cuarentena y así no tener que llegar a la cuarentena obligatoria, como en 2009, que si bien no fue tan estricta como ahora lo estamos viendo en varias ciudades de España o Estados Unidos donde la fuerza pública requisa a los ciudadanos que la desacatan.
En el caso del coronavirus Covid-19, al ser una enfermedad nueva es la única herramienta que tenemos al alcance para combatirlo pues aún es muy poco lo que se conoce sobre ella. Pese a que se han registrado importantes avances en estos meses de alerta global.
Por eso, si lo hacemos correctamente, podremos conseguir que se interrumpa la cadena de transmisión, si consideramos que el virus puede contagiarse desde al menos cinco días antes de que se manifiesten los primeros síntomas, y al limitar el número de personas con las que se convive, se acota la posibilidad de propagarlo.
Los mexicanos ya lo hicimos hace once años y conseguimos que se frenara la tasa de contagios de la Influenza AH1N1 que afectó a miles de personas, causando una mayor tasa de mortandad entre la población de entre 20 y 59 años.
Por eso es de vital importancia que tomemos en serio la distancia social, así como la cuarentena por dos semanas en caso de que consideremos haber estado expuestos al virus porque hasta el momento, no existe vacuna ni tratamiento específico contra el coronavirus.
Contenido relacionado
Director de la OMS alerta a los menores de 50 años que no son invencibles ante el Covid-19