Asisto de nuevamente con asombro lo intelectualmente derrotada y desarticulada que está la oposición, si su respuesta son movimientos como FRENAAA
El proyecto de resolución, sobre la constitucionalidad de la consulta popular, para enjuiciar a los expresidentes, que fue colocado en las redes sociales por la SCJN es simplemente demoledor. No me parece sorprendente, pero si aplastante. Reconozco la calidad y altura jurídica de Luis Maria Aguilar, pero me parece que en el mismo sentido hubiera proyectado un proyecto de resolución cualquier otro ministro.
¿Por que? En primer lugar es claro para cualquier medio entendido en derecho, que la acción penal, es un ejercicio monopolio del Ministerio Público pero jamás discrecional y mucho menos sujeto a la voluntad popular. Cuando se comete un delito, como podría suceder en el caso de aquellos que gobernaron México, el fiscal, no puede ceñirse a la voluntad popular para fincarles responsabilidad penal.
Supongamos que alguno, no es culpable de corrupción sino de la privación ilegal de la libertad de algún ciudadano, o de su homicidio. La victima o la familia de esta, no podría esperar justicia atenidos a lo que el pueblo responda. A eso se refiere Aguilar al decir que sujetar la justicia a un ejercicio de esa naturaleza es violatorio de los derechos humanos.
El ciudadano presidente es un animal político, es ingenio en materia de comunicación. Lejos de estar comentando temas de trascendental importancia estamos siguiendo su agenda y mordiendo consuetudinariamente sus rifas y ocurrencias.
Tengo que aclarar que está en todo su derecho de presentar su iniciativa de consulta y propuesta de pregunta, y la Corte, como me parece que evidentemente sucederá, le dará un palo evidente. Fue una buena intentona de colocarse en el marco de la elección del próximo año. Chicle y pegaba y fijando la idea en el electorado que él sería el adalid de juzgar, a los que muchos consideramos como impresentables ex mandatarios (algunos) , sería un importante golpe que se reflejaría en la boletas electorales.
Asisto de nueva cuenta con asombro lo intelectualmente derrotada y desarticulada que se encuentra la oposición. Si su respuesta ante las ridículas ocurrencias del presidente, que por cierto, gracias a sus patéticas reacciones se han convertido en triunfos irrefutables, son movimientos como el de FRENAAA con líderes que a la distancia son como el loco agresivo de la montaña, que se asigna una importancia que quizá tuvo, pero evidentemente que hoy es un mal recuerdo y un locuaz y agresivo mequetrefe que insulta periodistas por que lo cuestiona, pues estamos más que jodidos.
Me explico. Considero que en un país el valor de la oposición se mide en el peso que pueda significar, para evitar que el partido en el poder, que llegó con una legitimidad salvaje reflejada en más de 30 millones de votos, pueda tomar decisiones que no representen la voluntad de una gran cantidad de ciudadanos que no participan del pensamiento del partido prevalente.
Pero la mala noticia es que nuestra oposición está callada. Muchos de los grandes tribunos, de los que manejan el sarcasmo y el discurso tiene miedo por que tienen el rabo sucio y entre las patas. Y de nuevo revivimos al muchacho maravilla, que con su ritmo pausado, nadie le ha comunicado que no rompe una tostada a sentones. Que alguien le diga a la oposición que si quieren ser un contrapeso con Anaya y los videos de Pío nos van a hundir como país.
Mientras desde el extranjero los factureros y sus operadores rabiosos sueñan con que le pegan al presidente, aquí el ciudadano ríe sonoramente de sus ocurrencias.
IPR
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