A los 26 años dejó este mundo, en soledad, años después Pedro Infante protagonizó una película sobre su vida
La historia de nuestro país está llena de personajes célebres que en vida no tuvieron ningún reconocimiento, podría decirse que incluso la injusticia fue parte de ellos, después de años de dejar este mundo, se les da el valor que merecen. Así le sucedió a Juventino Rosas, músico mexicano que murió en Cuba.
La ciudad en donde nació el 25 de Enero de 1868, se ubica en el estado de Guanajuato y actualmente lleva su nombre.
Su padre fue un músico militar que participó en la Intervención Francesa, él fue el encargado de enseñar música a sus hijos y formó un trío musical con ellos, el cual tocaba en fiestas. Manuel el hermano mayor, tocaba la guitarra; Juventino el violín, y su padre el arpa.
En 1875 emigraron a la Ciudad de México en busca de mejores oportunidades. Se convirtieron en cuarteto incorporando a otro de sus hermanos en la voz.La agrupación familiar se desintegró a causa de la muerte de Manuel en una disputa por una joven.
Juventino encontró acomodo en algunos grupos musicales. A los quince años entró a trabajar a la orquesta que acompañaba a la prestigiada cantante Ángela Peralta, con quien salió de gira por el interior del país, pero en Mazatlán se desintegró la compañía al ser atacada por una epidemia de cólera, muriendo víctima de este terrible mal la misma Ángela.
En 1885 entró a estudiar al COnservatorio, por desgracia tuvo que salir de él. Se quedó sin familia, pues su padre y hermana murieron, buscando donde refugiarse entró al Ejército, pero no aguantó el rigor de éste y desertó.
Comenzó a componer, algo que se le daba de manera magistral y con naturalidad.
Posteriormente pudo tocar para las clases adineradas, donde le eran solicitados valses y polkas. El 5 de mayo de 1887, participó en un festival organizado en el Teatro Nacional para conmemorar la batalla de Puebla, con la asistencia del señor Presidente Don Porfirio Díaz y su gabinete.
Su actuación despertó el interés y el aplauso de todos, y aparecieron poderosos protectores que le abrieron el acceso a mejores posibilidades en su carrera como músico.
Para ese momento el músico ya tenía graves problemas con el alcohol, esto le trajo una inestabilidad muy grande, aunque volvió a entrar al conservatorio, lo dejó al poco tiempo.
Su talento nato le ayudó a tener el apoyo de amigos que lo animaron a seguir tocando y pudo colocarse en el gusto de la alta sociedad, como regalo de cumpleaños para la esposa del dueño de uno de los lugares en que tocaba, compuso el Vals “Junto al Manantial”.
El compositor Miguel Ríos Toledano hizo el arreglo para piano, cambiándole el nombre antes mencionado, por el de “Sobre las Olas”, con el que fue publicado por sus editores Wagner y Levien Sucs., quienes le pagaron por dos de sus obras, solamente cuarenta y cinco pesos.
El vals se estrenó en 1891, y rápidamente se hizo famoso, aunque Juventino nunca obtuvo por esta obra, ni la fama, ni el dinero que en justicia le hubieran correspondido.
A los veintitrés años, Juventino Rosas se hizo famoso, pero no rico. En 1893 compuso un vals que tituló “Carmen”, y que obsequió a Doña Carmen Romero Rubio de Díaz, esposa de Don Porfirio Díaz.
Ella lo aceptó halagada, y le obsequió, como muestra de su agradecimiento, un precioso piano de cola, que casi inmediatamente vendió Juventino, para poder pagar sus deudas más apremiantes.
Pero la vida volvió a golpear a Juventino, su esposa Juana lo abandonó, esto le produjo un gran dolor aunque siguió componiendo.
En 1894 viajó a Cuba buscando una nueva vida, pero lo que encontró allí fue el fin de la misma, murió el 9 de julio de ese mismo año, por una mielitis espinal.
Fue enterrado en aquel país, en 1909 su cuerpo se trasladó a México, 30 años después sus restos fueron exhumados y llevados a la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Sin embargo, en todos esos años, su nombre seguía en el olvido para la mayoría de los mexicanos, hasta 1950 se le hizo un poco de justicia y se reivindicó su obra, el gran actor Pedro Infante protagonizó una película titulada como su más célebre vals, dirigida por Ismael Rodriguez, y lo encarnó a él.
Con esta película las personas notaron la importancia que el músico había tenido, pues Infante era el actor más querido en esa época.
Contenido relacionado