El Gobierno de Estados Unidos afirmó que la información que brindó “El vicentillo” en el juicio en contra de “El Chapo” fue fundamental, por lo que solo cumplirá dos o tres años de la condena imputada
Vicente Zambada Nieblas, alias “El Vicentillo” fue condenado este jueves por una corte Federal de Estados Unidos a 15 años de prisión por delitos relacionados con el narcotráfico.
El veredicto contra el hijo del líder del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada García, “El Mayo”, se llevó a cabo este jueves en la Corte del Distrito Norte de Illinois, en Estados Unidos.
“El Vicentillo” se declaró culpable por conspiración en el tráfico de drogas y de haber colaborado en las operaciones de narcotráfico de Joaquín Guzmán Loera el pasado 9 de mayo, por lo que solo cumplirá dos o tres años de la condena imputada, pues se le contaran los 10 años que lleva en prisión y beneficiará por su buena conducta durante ese tiempo.
El Gobierno de Estados Unidos afirmó que la información que brindó el sinaloense desde su extradición EE. UU en febrero del 2010 hasta en enero de este año cuando fue un punto decisivo en el juicio contra su ex socio Guzmán Loera.
Las declaraciones del “Vicentillo” han generado fuertes golpes al narcotráfico, permitiéndole a las autoridades procesar a más de un centenar de personas involucradas en tal acto ilícito.
En noviembre del 2012, gracias a la cooperación con la Fiscalía de Chicago, ayudó a intervenir las grabaciones de las llamadas donde los hijos del Chapo hablaban de negocios ilícitos relacionados con el tráfico de drogas.
Zambada Niebla admitió en noviembre del año pasado ante el juez de distrito, Rubén Castillo, los cargos imputados desde el 2003, fungiendo como coordinador logístico de la organización criminal para importar a México droga procedente de Centroamérica, Sudamérica, para posteriormente ser trasladada a Estados Unidos a bordo de toda clase de vehículos, desde aviones hasta submarinos.
El ex narcotraficante, nacido en Culiacán, fue detenido el 18 de marzo de 2009 en la Ciudad de México, luego de sostener un encuentro con agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en el hotel Sheraton de Paseo de la Reforma, ubicado a un costado de la Embajada estadounidense en México.
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