Pakistán vive un viernes negro a dos días del cierre del Ramadán, por un doble atentado en distintas provincias de Pakistán.
La explosión de un potente coche bomba cerca de la oficina del jefe policial que dejó al menos 11 muertos y otros 20 heridos, se escuchó al otro lado de la ciudad de Quetta, la capital de Beluchistán y rompió ventanas de edificios cercanos, explicó el portavoz de la policía, Shahzada Farhat.
Algunos de los heridos están en estado crítico, señaló Wasim Beg, vocero de un hospital gubernamental.
Imágenes de televisión mostraron algunos coches con daños importantes y una carretera cubierta de cristales rotos.
Según Anwarul Haq Kakar, portavoz del gobernador provincial, la bomba estaba colocada en un auto en movimiento, pero las autoridades intentaban determinar si se trató de un ataque suicida.
La autoría de la primera acción fue reivindicada por el grupo Jamaat-ul-Ahrar (JuA), escisión de la principal formación talibana paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), y también por los yihadistas del grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
En tanto, al menos 15 personas murieron y 70 han resultado heridas en una doble explosión en la localidad de Parachinar, en las áreas tribales del noroeste de Pakistán, en el segundo ataque insurgente ocurrido hoy en el país.
Las dos explosiones se han producido en una concurrida zona de la ciudad, capital de la región tribal de Khurram, a primera hora de la tarde, indicó a Efe Ikram Ullah Khan, máxima autoridad de la Administración regional.